Cuento por Carlos Ávila Pizzuto Estamos en una hacienda antigua y sospecho que hay fantasmas. Antes me han pasado cosas inexplicables en edificios antiguos; como la vez que inesperadamente fui nombrado Papa de la Iglesia. Fue muy extraño, mi antecesor estaba muriendo, me explicó que había posibilidad de heredarme el cetro papal sin cónclave porque las condiciones sociales no estaban para dejar una sede vacante. No imaginé que un laico casado pudiera ostentar ese honor, pero al recibir el cetro surgió dentro de mi una dignidad nueva. Fue como si de pronto supiera que mi alma está llamada a la grandeza. Un ejercito tiránico me arrebató el cetro y dominó a través de la fuerza cualquier resistencia. En aquella ocasión fui derrocado y muchos adultos desaparecieron. Sé que están muertos y me llaman desde el centro de la tierra donde fueron enterrados. Esperan que les devuelva su luz, su vida, su dignidad y su lugar en la historia. ¡Donde están los adultos! - g...
Cuentos, reflexiones y demás