Cuenta la leyenda que crecimos en ambientes llenos de carencia. A algunos nos falto una cosa y otros otra, pero a todos nos falto algo. Quizá está bien que nos haya faltado, esa carencia nos puso alerta, nos enseñó a pensar cómo resolver el problema de la sobrevivencia. Nos puso en la necesidad de usar nuestra inteligencia.
En aquel momento logramos encontrar las maneras de resolver nuestro problema, quizá lo logramos siendo lindos y buenos para que nos quieran cuidar, o siendo rudos y exigentes para que teman no darnos o escondernos para evitar salir lastimados. Karen Horney pensó que estas son las tres estrategias fundamentales para lograr sobrevivir y yo creo que son suficientes para explicar lo que quiero compartirles.
Todo va bien, la carencia nos ayudó hasta que la mente nos confunde. Deja de ver que lo que hicimos fue construir una estrategia para lidiar con un problema de carencia y cree que lo que hicimos es hacernos a nosotros mismos. Es decir, la mente confunde la estrategia con identidad y empezamos a creer que "Soy bueno", "Soy agresivo" o "Soy tímido" en vez de "Me adapto", "Lucho" y "Me oculto". Cosificamos el ser como diría, más o menos, Martin Heidegger . Dejo de ser ser-siendo para ser ser-cosa.
Ese ser-cosa se vuelve un personaje que tratamos de perfeccionar. Cada vez quiero ser un mejor "Ser bueno", un mejor "Ser agresivo" y un mejor "Ser tímido". Ya no importa para qué sirve el personaje, es más deja de ser algo útil para convertir al sujeto en algo útil para el personaje. Dejamos de vivir gozosos para complacer a un personaje tiránico construido por nosotros mismos. Nuestro monstruo puede aniquilar nuestras posibilidades de bienestar como el de Víctor Frankenstein que volvió a destruir a su creador.
Claudio Naranjo ha desarrollado la idea de que debemos recuperar nuestra vida a través de recuperar nuestra capacidad de amar lo que es, para los cual, debemos dejar de poner nuestra atención en complacer al personaje y mover, dicha atención, hacia nuestras necesidades biológicas, hacia nuestras relaciones vivas con quienes compartimos la intimidad y hacia nuestro entorno y trascendencia. Más en concreto, necesitamos conocer el aquí y el ahora y vivirlo con entrega, en vez de estar complaciendo un personaje que vive en un pasado que ya no es.
A veces, creemos que amamos a nuestra pareja porque "somos buenos" y sólo estamos complaciendo a nuestro personaje, a menudo ignorando las necesidades que emergen en la relación. Por ejemplo, mi pareja puede estar sintiendo mucha tristeza por el motivo que sea, y yo, por "ser bueno", trato de hacerle reír y mi pareja insiste en que pare que no quiere reír y yo hasta me ofendo, digo: "Representé bien mi personaje ¿Por qué te molesta?" Actúo sin notar que mi atención estaba puesta en mi papel y no en mi relación viva con el otro, no en mis necesidades, ni en las necesidades de mi pareja. Para amar a mi pareja necesito estar en relación con ella y con mis necesidades, atento, como dice Marshall Rosenberg, a lo que está vivo en mí y vivo en ella y en nuestro entorno.
Amar es estar vivo y atento y sólo estoy vivo cuando me entrego a lo que está aquí y ahora en relación conmigo-contigo.
¿Vivo para ser amado? El personaje que inventamos exige una demanda, demanda de reconocimiento, de afecto, de sometimiento, de entrega, de admiración, etc. Pero ese personaje no está en disposición de entregarse. Aquel que vive para recibir amor no se entrega en el amor y creo que nadie se siente más pleno que el que se entrega, que el que se da.
"Yo no amo porque me rompen el corazón." "Yo no me entrego a los proyectos porque me traicionan." "Yo no digo lo que pienso porque a nadie le importa". Yo me limito, como dice Rafael Ruiz, "me arresto". Me hago menos para evitar y en el evitar dejo de entregarme. Quizá el amor termine, quizá los socios me defrauden, quizá a nadie le importe, pero la riqueza no está en el resultado, sino la energia que le pongo y le pones al vivir. O ¿Crees que sería mejor enterrar tu talento, limitar tu vida, apocarte para que el día que mueras hayas perdido menos?
Yo creo que nadie pierde tanto en la vida como el que no la vive mientras dura.
¿Qué hacer? ¿Te preguntas?
/carlosavilap
@carlosavilap
Carlos Ávila Pizzuto
carlosavilap@hotmail.com (44) 44210794 Twitter @carlosavilap
En aquel momento logramos encontrar las maneras de resolver nuestro problema, quizá lo logramos siendo lindos y buenos para que nos quieran cuidar, o siendo rudos y exigentes para que teman no darnos o escondernos para evitar salir lastimados. Karen Horney pensó que estas son las tres estrategias fundamentales para lograr sobrevivir y yo creo que son suficientes para explicar lo que quiero compartirles.
Todo va bien, la carencia nos ayudó hasta que la mente nos confunde. Deja de ver que lo que hicimos fue construir una estrategia para lidiar con un problema de carencia y cree que lo que hicimos es hacernos a nosotros mismos. Es decir, la mente confunde la estrategia con identidad y empezamos a creer que "Soy bueno", "Soy agresivo" o "Soy tímido" en vez de "Me adapto", "Lucho" y "Me oculto". Cosificamos el ser como diría, más o menos, Martin Heidegger . Dejo de ser ser-siendo para ser ser-cosa.
Ese ser-cosa se vuelve un personaje que tratamos de perfeccionar. Cada vez quiero ser un mejor "Ser bueno", un mejor "Ser agresivo" y un mejor "Ser tímido". Ya no importa para qué sirve el personaje, es más deja de ser algo útil para convertir al sujeto en algo útil para el personaje. Dejamos de vivir gozosos para complacer a un personaje tiránico construido por nosotros mismos. Nuestro monstruo puede aniquilar nuestras posibilidades de bienestar como el de Víctor Frankenstein que volvió a destruir a su creador.
Claudio Naranjo ha desarrollado la idea de que debemos recuperar nuestra vida a través de recuperar nuestra capacidad de amar lo que es, para los cual, debemos dejar de poner nuestra atención en complacer al personaje y mover, dicha atención, hacia nuestras necesidades biológicas, hacia nuestras relaciones vivas con quienes compartimos la intimidad y hacia nuestro entorno y trascendencia. Más en concreto, necesitamos conocer el aquí y el ahora y vivirlo con entrega, en vez de estar complaciendo un personaje que vive en un pasado que ya no es.
A veces, creemos que amamos a nuestra pareja porque "somos buenos" y sólo estamos complaciendo a nuestro personaje, a menudo ignorando las necesidades que emergen en la relación. Por ejemplo, mi pareja puede estar sintiendo mucha tristeza por el motivo que sea, y yo, por "ser bueno", trato de hacerle reír y mi pareja insiste en que pare que no quiere reír y yo hasta me ofendo, digo: "Representé bien mi personaje ¿Por qué te molesta?" Actúo sin notar que mi atención estaba puesta en mi papel y no en mi relación viva con el otro, no en mis necesidades, ni en las necesidades de mi pareja. Para amar a mi pareja necesito estar en relación con ella y con mis necesidades, atento, como dice Marshall Rosenberg, a lo que está vivo en mí y vivo en ella y en nuestro entorno.
Amar es estar vivo y atento y sólo estoy vivo cuando me entrego a lo que está aquí y ahora en relación conmigo-contigo.
¿Vivo para ser amado? El personaje que inventamos exige una demanda, demanda de reconocimiento, de afecto, de sometimiento, de entrega, de admiración, etc. Pero ese personaje no está en disposición de entregarse. Aquel que vive para recibir amor no se entrega en el amor y creo que nadie se siente más pleno que el que se entrega, que el que se da.
"Yo no amo porque me rompen el corazón." "Yo no me entrego a los proyectos porque me traicionan." "Yo no digo lo que pienso porque a nadie le importa". Yo me limito, como dice Rafael Ruiz, "me arresto". Me hago menos para evitar y en el evitar dejo de entregarme. Quizá el amor termine, quizá los socios me defrauden, quizá a nadie le importe, pero la riqueza no está en el resultado, sino la energia que le pongo y le pones al vivir. O ¿Crees que sería mejor enterrar tu talento, limitar tu vida, apocarte para que el día que mueras hayas perdido menos?
Yo creo que nadie pierde tanto en la vida como el que no la vive mientras dura.
¿Qué hacer? ¿Te preguntas?
- Ten la serenidad de aceptar cómo eres tú y cómo es el otro.
- Ten la humildad de aceptar que el mundo no está sólo para ti y tus caprichos.
- Ten la tranquilidad para comprender que no todos pueden admirarte.
- Ten la capacidad de aceptar lo que es, como suficiente.
- Ten la generosidad de compartirte sólo porque sí, sin esperar nada del otro.
- Ten el valor de gozar esta vida como puedas y aunque te equivoques.
- Ten la virtud de disfrutar la vida un sorbo a la vez, un paso a la vez. ¡Para tu prisa!
- Ten la sabiduría de encontrar valor en el encuentro, en la conversación, en la contemplación, en la paz, en la tranquilidad, en la belleza del otro, de ti y del mundo.
- Ten la voluntad de hacer lo que tengas que hacer para que tu vida, al final, la puedas recordar como un gran regalo y no como un gran desperdicio.
Carlos Ávila Pizzuto
CURSO:
En el amor no gana el que no pierde, gana sólo el que se entrega entero.
INTENCIÓN
Un taller donde exploraremos con ejercicios
corporales y de darse cuenta, la manera que tengo de entregarme o resistirme a
la vida y al amor. Es un taller ideal para continuar el trabajo de quienes han
tomado Vivir y Amar 1, pero es perfecto para quienes trabajar el tema sin haber
tomado el 1.
Confiamos
dar claves y habilidades prácticas y aplicables para tener relaciones amorosas,
afectivas y sensitivas más plenas así como brindar un espacio de contención y
restauración.
TEMAS
1.
Mi historia de amor
2.
El Darse Cuenta de cómo tomo,
doy, controlo, entrego, sujeto, apoyo, me apoyo.
3.
Sanando la historia de amor
herido
REQUERIMIENTOS
Trabajar en ropa cómoda y disposición para
explorar aquello que te limita de amar y vivir.
RESEÑA DEL TALLER
El
trabajo personal de Liz Nava ha sido la base de este taller y se fundamenta en
el trabajo corporal de la gestalt que busca un darse cuenta mediante el hacer
experimentos con el cuerpo usando materiales diversos.
El amar es la señal más evidente de salud. Dr.
Claudio Naranjo. Vivimos mucha de nuestra vida evitando el dolor, el miedo o la
vergüenza y esto nos aleja de encontrarnos con el otro. Sólo en el encuentro
con el otro nos volvemos seres vivos-viviendo.
Evitando hacemos estrategias para cuidarnos
y en ese cuidarnos nos privamos de la entrega. La vida se expande en la entrega
y la vida es corta como para no entregarse plenamente a ella.
Trabajando con música, movimiento,
conversaciones, ejercicios vivenciales y reflexión teórica iremos encontrando
maneras de volver al amor.
Somos personas añorando amar y
deteniéndonos de hacerlo ¿Quieres cambiar eso?
Me pongo a tus órdenes
Carlos Ávila Pizzuto
Cel. 44 44210794 carlosavilap@hotmail.com
Carlos Ávila Pizzuto
carlosavilap@hotmail.com (44) 44210794 Twitter @carlosavilap
Comentarios