Ir al contenido principal

ORIENTACIÓN (SENTIDO)

ORIENTACIÓN (SENTIDO)
(texto registrado por el autor)
Por Carlos Ávila Pizzuto
Imagina. La habitación está vacía con excepción del pizarrón del profesor. El lado norte no tiene pared y es posible ver un enorme jardín. Césped y una que otra jardinera con flores coloridas y tres árboles distintos, me parece que son un laurel, un pino y una palmera. Creo que el diseñador del jardín es atrevido en sus diseños. Desde la habitación no se alcanza a ver el final del jardín hacia el norte, no sé si es infinito o es sólo que acaba después del horizonte. En el noreste hay una columna que sostiene el techo de la habitación. En el lado este tampoco hay pared y es posible ver el jardín que se extiende infinitamente en esa dirección, sin embargo, desde la habitación se puede ver que el jardín está limitado al sur por un largo edificio de tres pisos, es tan largo como el mismo jardín, no puedo ver dónde termina. Supongo que desde el tercer piso pudiera ver hacia el norte a una mayor distancia y saber si el jardín tiene algún límite en esa dirección. En el lado sur de la habitación hay una puerta que la comunica con el largo edificio de tres pisos. No sé qué hay al oeste porque hay una cortina cerrada, quizás para evitar la entrada del incómodo sol del atardecer ¿Habrá pared? o ¿un ventanal? No sé. Es posible que de abrir esa cortina encuentre que al oeste se puede ver que el jardín se extiende inmenso hacia el lugar donde el sol termina su ciclo diario de vida, limitado al sur únicamente por un largo edifico de tres pisos. No lo sé, quizás en realidad todo empieza en la habitación, que bien podría ser el punto de fuga del edificio hacia el este y del jardín al noreste y al norte. Creo que es probable que detrás de la esquina suroeste no exista nada y por eso se mantenga la cortina cerrada. No nos corresponde saberlo, al menos no por ahora.
Ha llegado el profesor, coloca el pizarrón sobre un trípode dando la espalda a la columna del noreste. Se encuentra listo para iniciar su lección, pero las personas que entran a la habitación provenientes de la puerta del sur, aun cuando están inscritos en su curso, se quedan sólo para saludar al profesor y sin disculparse se salen al jardín a jugar y explorar.
Algunos ponen sus libros en el piso, se preparan para sentarse a escuchar la lección, pero, como los demás, prefieren salir al jardín. Algunos de ellos sí se disculpan con un rápido “con permiso, ahora vuelvo”. Nunca vuelven.
El profesor se siente muy angustiado está seguro del valor de su lección y también está seguro, porque así se lo enseñó su maestro, que no debe forzar a nadie a escucharla. Su rostro esconde su angustia, su padre le enseñó que un buen educador debe mostrarse seguro para mantener la confianza de sus estudiantes.
Una mujer algo gorda se sienta en el piso y sonríe, así como sonríen los buenos estudiantes hambrientos de conocimiento.
-Esperemos a que se sienten los demás- le dice el profesor devolviendo la sonrisa. Ella asiente.
La mujer está angustiada, supone que el profesor debe estarse sintiendo muy incómodo al notar que nadie más se sienta a escucharlo. Ella esconde su angustia, le han enseñado que los profesores no deben ser evidenciados, así que se aguanta el deseo de decirle palabra alguna. Además ¿Qué podría decirle que no lo ofendiera? Guarda silencio, sonríe, observa, le llaman la atención los lentes cuadrados que usa el profesor, le parece que lo hacen ver intelectual, aun cuando le quedan algo grandes. -Es delgado- piensa, para ella todos lo son, pero él es muy delgado. -Tiene la cabeza muy cuadrada- piensa, a ella le gusta ver la forma de las cabezas ajenas. -¡Ah! Ya sé que le puedo decir sin ofenderlo.
-A las personas no les interesa aprender, son tan dispersas, sólo quieren divertirse ¿No le parece?
El profesor sonríe, le han enseñado que no está bien juzgar a los demás por lo que no podría estar de acuerdo con lo dicho por su alumna. Pensó en decirlo, pero supuso que si le decía que no estaba bien juzgar a los demás ella supondría que él la estaba juzgando y habría fracasado en su premisa de no juzgar. Así que no dijo nada.
La mujer observó la sonrisa y al no escuchar una respuesta supuso que el profesor ya se había dado cuenta de lo tonta que es y decidió no volver a hablar. Sonrió y sacó una libreta para anotar lo que sea, lo que sea con tal de parecer menos tonta.
-Empecemos…- dijo el profesor.
La mujer levantó la mirada atenta y sonriente. Las personas seguían entrando, miraban al profesor, el pizarrón, veían que la clase empezaba, se detenían unos segundos y salían al jardín.
-Nuestra lección de hoy es muy importante… -continuaba, pero los gritos de alegría de las personas jugando en el jardín lo distraían. La mujer seguía atenta... - La lección de hoy es: ‘La Vida’… -Apuntó esa palabra en letras grandes en el centro del pizarrón. - La vida es como un jardín infinito, un jardín hermoso, lleno de alegría…- El profesor hace una inspiración profunda y continúa con una la voz inflamada de pasión -¡Vive la vida y disfruta del jardín!- Las personas que entraban a la habitación escuchaban esas palabras y soltando sus libros corrían frenéticos al jardín impulsados por la energía de la voz del profesor.
-A nadie le interesa lo que digo.-Pensó - y olvidando lo que había aprendido, se dejó caer de rodillas al piso y entre sollozos reconoció ante la mujer gorda que era un fraude. Ella sintió cómo una lágrima cruzo su rostro, estiró sus brazos y acarició la cabeza cuadrada del profesor. Tomó en sus manos los anteojos cuadrados y se los quitó para encontrar los ojos vivos y redondos del maestro. Poniéndose de pie, la mujer, le dio su mano al delgado hombrecito y lo ayudo a poner sus pies en la tierra. Una vez erguido, ella colocó sus manos sobre los hombres del abatido profesor y haciéndolo girar lo puso con la mirada hacia el norte. Por primera vez desde que llegó, percibió que el jardín del que hablaba en su lección estaba ahí, sus lentes cuadrados no le permitían verlo o quizás sus lágrimas habían limpiado sus ojos de la ceguera.
-Tanto tiempo hablando de esto y… ¿Para qué? Es tan obvio, yo quería que me escucharan, que entendieran, que creyeran en el jardín y en realidad sólo los estaba deteniendo. Todo mi trabajo de nada ha servido.
La mujer gorda tomó la mano del maestro y con la voz cortada por la emoción habló con la voz de la verdad por tanto tiempo perdida -Maestro, usted no había visto el jardín, sus anteojos cuadrados no se lo permitían, yo siempre lo he visto y he envidiado a quien en él juega, nunca pensé que esa felicidad fuera para mí. Maestro, usted estaba aquí para mí.
-Y usted para mí- repuso el maestro sintiendo el latir de un corazón profundo y poderoso en centro de su pecho. Y ambos, empezaron a caminar de la mano con rumbo al noreste para descubrir, sin lugar a duda, si es que el jardín se extiende hasta el infinito.


Comentarios

Entradas populares de este blog

La Guerrera

     Una noche se volvió muy claro, tengo que elegir entre entender mi deseo como una luz o como una enfermedad . Añorar cantar, ser, actuar, lograr, crear, transformar la basura que ensucia, en material que construye; hacerme mi camino profesional, elegir si amo y a quien amo, elegir mis hijos y si tendré hijos, ser libre ¿me vuelve una loca o me vuelve una artista?, ¿me vuelve una enferma o una diosa?       "¿Sabes padre, sabes madre? Creo que hay mucho que hacer para este mundo, creo que si seguimos comportándonos como lo hacemos el planeta no se sostendrá, creo que estaría bueno que me dedique a encontrar mejoras formas de seguir evolucionando como especie." "No sé si ya quiero casarme, ni si quiero casarme." "No sé si es el novio correcto." "No sé ni siquiera si tendré hijos"     Querer que mis padres comprendan mis inquietudes y que no me interpreten como una rara perdida ¿Me vuelve una necia?, ¿debería sólo agradecer que me han dad...

CULTURA DE PAZ (BASES TEÓRICAS)

CULTURA DE PAZ ( Resumen del Marco Teórico de la Tesis de Maestría:  Protocolo de intervención breve para la  restauración y sanación de trauma en  personas que han sufrido abuso sexual de Carlos Ávila Pizzuto y dirigida por Sonia Juliana Pérez Pérez  )  J. Galtung  “…puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz…” - Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.     En un mundo donde conviven diversas culturas, creencias, ideales, identidades, no podríamos aspirar a una convivencia satisfactoria para todos, si buscáramos evitar el conflicto como principal estrategia para la paz   (Jiménez & Muñoz, 2004) . La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en la resolución del 6 de octubre de 1999 dice: “Reconociendo que la paz no sólo es la ausencia de conflictos, sino que tam...

¿EN SERIO SEGUIMOS HABLANDO DE PERSONAS TÓXICAS? – Carlos Ávila Pizzuto

  ¿EN SERIO SEGUIMOS HABLANDO DE PERSONAS TÓXICAS? – Carlos Ávila Pizzuto tomado de dopl3r.com   Más allá del chiste y la caricatura quiero compartir el por qué me incomoda que se hable de “personas tóxicas.”      En el lenguaje coloquial se empieza a hablar de la tóxica y del tóxico para referirse a las parejas u otros con quienes se tienen relaciones erótico-afectivas (quiza pueden ser amitades y colegas) que hacen escenas de celos. En la terapia me encuentro que a veces, alguien me dice, me puse de tóxica y le revisé el celular, yo bien tóxica le hablé mil veces porque no me contestaba y pensaba mil cosas, me puse de tóxico y le pregunté de sus ex y si aún les hablaba. Lo mismo al revés, el otro se puso tóxico o de tóxica porque revisó, me exigió, me hizo escena frente a mis amistades, etc. Bueno, hasta ahí, es una forma de hablar, una manera de decir que la otra persona expresó sus celos o rabia de una forma poco aceptable en los parámetros de la...