En el número pasado decíamos que parece que hay violencia asociada con pasiones súbitas originadas en el dolor frustración o anticipación al dolor o frustración, es decir violencia originada en un ataque emocional. Pero que también hay violencia asociada a un enfriamiento de emociones de ternura, compasión, empatía, cariño mediante un proceso de racionalización que justifica la conducta violenta.
Pero en el segundo tipo de violencia también están presentes lo elementos de dolor, frustración y miedo que es una anticipación a la posibilidad de dolor y frustración. Una venganza viene precedida de dolor, en muchas casos también el abuso sexual viene antecedido de experiencias dolorosas o frustrantes, un robo puede venir de frustración de la necesidad de satisfacer necesidades, etc.
Si queremos vivir en un mundo libre de violencia es necesario encontrar una manera menos destructiva de hacernos cargo del dolor, la frustración y el miedo ya que no parece que sea factible vivir sin dolor, frustración o miedo. Desde este punto de vista el problema de la violencia es un problema de incompetencia personal para manejar emociones y que desarrollar ciertas competencias podría contribuir a vivir a un mundo en paz.
¿Cuáles serían estas competencias?
¿Para qué sería bueno vivir sin violencia?
¿Cómo contribuir a vivir sin violencia?
-Competencias para manejo de emociones:
Para poder funcionar, parece que las personas hemos aprendido a reconocer algunas cosas como probables y otras como improbables, mientras los sucesos de la vida se restrinjan a lo que aceptamos como probable vivimos un estado de transparencia emotiva, ahí vamos más o menos tranquilos pero pasa que, de sorpresa, ocurre algo improbable y entonces se presenta un quiebre en la transparencia, es eso nos referimos a con una emoción súbita.
Una emoción de ese tipo no tiene que provocar una reacción violenta pero creo que hay otro quiebre que tiene que ver no con que ocurra lo improbable sino con que ocurra la inaceptable. Si para mi la infidelidad de mi pareja es inaceptable y ocurre entonces mi reacción tenderá a ser violenta. Quizás la violencia sea contra mi pareja, contra la persona con la que tiene la otra relación o contra mi mismo. Me parece una competencia básica para la vida en paz aprender a reconocer cuando estoy experimentando la emoción de un quiebre inaceptable y no hacer nada asta que la pasión baje y pueda elegir mejor.
Pero parece que esas emociones de quiebres inaceptables ocurren más en personas con estados emocionales dolorosos. A diferencia de las emociones súbitas los estados emocionales son más estables. Los estados emociones tiene que ver, según Rafael Echeverría, con posibilidades de hacerse cargo de las inquietudes que se presentan en la vida. Si yo tengo muchas posibilidades para hacerme cargo de mi necesidad mi estado emocional será más sereno que si tengo pocas posibilidades. Si yo llegara a creer que sólo hay una manera posible de llegar a la felicidad mi ansiedad será más grande que si yo tuviera cientos de maneras. Si mi estado emocional es ansioso más cosas se vuelven inaceptables.
Por ejemplo, si yo creo que la única manera de poder completar el gasto del mes en cerrar una venta con mi último prospecto y una persona choca mi carro justo cuando voy a la cita con ese prospecto, ese quiebre se vuelve inaceptable porque no puedo aceptar no llegar a tiempo a la cita y que me cancele el cliente, no pueda con el gasto y fracase como proveedor en mi familia. Entonces si que es probable que ataque violentamente a quien me choca.
La otra opción sería que dedique mi vida a lastimar o destruir a quien frustró mi única posibilidad de éxito, de amor, de felicidad, de membresía en un estatus social o lo que sea. Esto creo, es la base de todas las “vendetas”.
Otra competencia además de no actuar el quiebre inaceptable sería aprender a encontrar múltiples satisfactores para nuestras necesidades y así tener un estado emocional más apacible. La terapia narrativa, la humanista, la Comunicación No Violenta y otros modelos posmodernos que ayudan a mejorar la comunicación con otros y con nosotros mismos ayudan sin duda a tener una vida donde más y más cosas se vuelven aceptables y eso ayuda a terminar con las conductas violentas. Además brindan una competencia adicional fundamental, la comprensión con empatía. Poder entender que la conducta del conductor del carro que me chocó no intentaba destruir mi autoconcepto y mi bienestar, y que sólo quería hacerse cardo de su vida ayuda a reducir el deseo de venganza.
¿Para qué sería bueno vivir sin violencia?
¿Cómo contribuir a vivir sin violencia?
Esto lo dejo para próximos números de IE.
Lecturas sugeridas:
Rosenberg, Marshall. “Comunicación No Violenta” Puddle Dancer Press. http://www.cnvc.org/
Echeverria, Rafael. “Ontología del Lenguaje” Ed Granica.
Pero en el segundo tipo de violencia también están presentes lo elementos de dolor, frustración y miedo que es una anticipación a la posibilidad de dolor y frustración. Una venganza viene precedida de dolor, en muchas casos también el abuso sexual viene antecedido de experiencias dolorosas o frustrantes, un robo puede venir de frustración de la necesidad de satisfacer necesidades, etc.
Si queremos vivir en un mundo libre de violencia es necesario encontrar una manera menos destructiva de hacernos cargo del dolor, la frustración y el miedo ya que no parece que sea factible vivir sin dolor, frustración o miedo. Desde este punto de vista el problema de la violencia es un problema de incompetencia personal para manejar emociones y que desarrollar ciertas competencias podría contribuir a vivir a un mundo en paz.
¿Cuáles serían estas competencias?
¿Para qué sería bueno vivir sin violencia?
¿Cómo contribuir a vivir sin violencia?
-Competencias para manejo de emociones:
Para poder funcionar, parece que las personas hemos aprendido a reconocer algunas cosas como probables y otras como improbables, mientras los sucesos de la vida se restrinjan a lo que aceptamos como probable vivimos un estado de transparencia emotiva, ahí vamos más o menos tranquilos pero pasa que, de sorpresa, ocurre algo improbable y entonces se presenta un quiebre en la transparencia, es eso nos referimos a con una emoción súbita.
Una emoción de ese tipo no tiene que provocar una reacción violenta pero creo que hay otro quiebre que tiene que ver no con que ocurra lo improbable sino con que ocurra la inaceptable. Si para mi la infidelidad de mi pareja es inaceptable y ocurre entonces mi reacción tenderá a ser violenta. Quizás la violencia sea contra mi pareja, contra la persona con la que tiene la otra relación o contra mi mismo. Me parece una competencia básica para la vida en paz aprender a reconocer cuando estoy experimentando la emoción de un quiebre inaceptable y no hacer nada asta que la pasión baje y pueda elegir mejor.
Pero parece que esas emociones de quiebres inaceptables ocurren más en personas con estados emocionales dolorosos. A diferencia de las emociones súbitas los estados emocionales son más estables. Los estados emociones tiene que ver, según Rafael Echeverría, con posibilidades de hacerse cargo de las inquietudes que se presentan en la vida. Si yo tengo muchas posibilidades para hacerme cargo de mi necesidad mi estado emocional será más sereno que si tengo pocas posibilidades. Si yo llegara a creer que sólo hay una manera posible de llegar a la felicidad mi ansiedad será más grande que si yo tuviera cientos de maneras. Si mi estado emocional es ansioso más cosas se vuelven inaceptables.
Por ejemplo, si yo creo que la única manera de poder completar el gasto del mes en cerrar una venta con mi último prospecto y una persona choca mi carro justo cuando voy a la cita con ese prospecto, ese quiebre se vuelve inaceptable porque no puedo aceptar no llegar a tiempo a la cita y que me cancele el cliente, no pueda con el gasto y fracase como proveedor en mi familia. Entonces si que es probable que ataque violentamente a quien me choca.
La otra opción sería que dedique mi vida a lastimar o destruir a quien frustró mi única posibilidad de éxito, de amor, de felicidad, de membresía en un estatus social o lo que sea. Esto creo, es la base de todas las “vendetas”.
Otra competencia además de no actuar el quiebre inaceptable sería aprender a encontrar múltiples satisfactores para nuestras necesidades y así tener un estado emocional más apacible. La terapia narrativa, la humanista, la Comunicación No Violenta y otros modelos posmodernos que ayudan a mejorar la comunicación con otros y con nosotros mismos ayudan sin duda a tener una vida donde más y más cosas se vuelven aceptables y eso ayuda a terminar con las conductas violentas. Además brindan una competencia adicional fundamental, la comprensión con empatía. Poder entender que la conducta del conductor del carro que me chocó no intentaba destruir mi autoconcepto y mi bienestar, y que sólo quería hacerse cardo de su vida ayuda a reducir el deseo de venganza.
¿Para qué sería bueno vivir sin violencia?
¿Cómo contribuir a vivir sin violencia?
Esto lo dejo para próximos números de IE.
Lecturas sugeridas:
Rosenberg, Marshall. “Comunicación No Violenta” Puddle Dancer Press. http://www.cnvc.org/
Echeverria, Rafael. “Ontología del Lenguaje” Ed Granica.
AUTOR: CARLOS AVILA PIZZUTO
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