Aquí va el hombre lleno caminando entre una multitud de cuerpos huecos. Él lleva dentro de sí una enorme riqueza vital acumulada en años de existencia en la tierra. Podemos referirnos por ejemplo, a que tuvo una infancia repleta de juegos, caricias, alimento, descubrimientos y gozos; aunque también podemos decir que tuvo una amplia gama de registros dolorosos nacidos de abandonos, rechazos, humillaciones, exigencias sin apoyo, apoyos sin exigencias, tratos injustos y a menudo, indignos.
Pero no creas que eso es lo único que lleva dentro, ni cerca estamos de poder hacer semejante afirmación. Él arrastra en cada paso una niñez llena de retos, aprendizajes, aventuras, amistades y diversiones haciéndole contrapeso a sus fracasos, penas, temores e incertidumbre de vivir en una familia con crisis en las relaciones de sus padres, dificultades sociales y académicas en su escuela y dolorosas traiciones de amigos que lo vendían por grupos más atractivos.
Cada movimiento de sus piernas,ya cansadas, cargan excitantes experimentaciones adolescentes, juegos sexuales, rebeldes actos de consumo de lo prohibido, vínculos de pandilla llenos de lealtades que acompañan la angustia existencial de no entender su mundo, el rechazo de otros a su pensamiento romántico, las acusaciones de invalidez por parte de sus maestros y padres, las disfunciones sexuales, la culpa por masturbarse, las vergüenzas por la imagen y el deseo frustrado de ser miembro de grupos más afamados.
¡Cuánta vida y cuánta muerte carga el hombre lleno!
Su juventud y principios de su vida adulta le regalaron la libertad de usar su propio dinero, de viajar solo, de explorar con mayor seguridad su vida sexual y genital; el mágico momento de manejar un auto propio que lo volvía más deseable, el amor de pareja, el matrimonio y la paternidad. ¡Cuánta riqueza de vida!. Y también ¡Cuánto estrés! Deudas, entrevistas de trabajo con ejecutivos que parecen ver a través de la piel la menor de las imperfecciones de su alma, jefes prepotentes, una familia de origen que espera de él lo que ellos nunca pudieron lograr, una esposa que demanda, hijos que exigen cuidado, atención, amor, tiempo y dinero. ¡Dinero! ¡El puto dinero!
No hay un espacio de su cuerpo que no este repleto de historias...
"Estaba ahí viendo a mi hermana llorar y mis padres se peleaban así que me acerque a ella y le dije: yo te cuido. Ella me miró de una forma que nunca olvidaré"
"Le trataba de explicar a mi padre que no era tan simple como lo decía el maestro, no es que sea flojo,es que no explica bien, es que no entiendo, es que no tengo los apuntes, es que ustedes se pelean y yo me desconcentro y así trataba de que me entendiera, de que me amara y me responde con su frase célebre: 'No hay pretexto que valga' ¡Cómo si él nunca fracasara!"
"No podía creer que ella, precisamente ella, la más bonita prefiriera platicar conmigo que con Raúl, él siempre tenía a las lindas, pero esa vez, me eligieron a mí, me sentía tan especial..."
"Estábamos los cuatro en el malecón, ropa nueva, lentes oscuros, piel bronceada caminando en el atardecer con una cerveza y un cigarro. Recuerdo ese momento como uno mágico."
"...luego ella me dijo que le parecía un hombre perfecto y me sentí aterrorizado, no sé por qué..."
Cada paso de nuestro hombre lleno tiene significado, es comprensible y respetable desde todas esas historias, desde todo ese bagaje. Él casi siempre se entiende y se aprueba porque sabe lo que significa ser él.
Entonces se tropieza con una mujer de cuerpo hueco que simplemente hace por hacer, que camina por caminar, que dice por decir y piensa por pensar. Ella está como zombie estorbado el paso de nuestro hombre lleno y no valora que el paso que interrumpe es un paso lleno de todo.
-¡Quítate pendeja!-Exclama el hombre lleno de razón, su tiempo es valioso, ya sabes, dinero, responsabilidades, metas, deberes, eso de ser perfecto para ella que lo vio perfecto ocupa mucho de su tiempo y debemos repetirlo: ¡El puto dinero!.
-¡Qué no ves que estoy ocupada estúpido! -Responde ella.
Ellos nunca se vuelven a ver.
Él piensa que es horrible estar lleno y rodeado de personas vacías y sigue andando y llenado su vida.
Él piensa que es horrible estar lleno y rodeado de personas vacías y sigue andando y llenado su vida.
Ella llega a su casa y le cuenta a su hermana lo que pasó con ese hombre hueco y macho con el se cruzó en la avenida. La hermanita es una chica dulce que adora a su hermana mayor y que se llena al hacerla sentir bien.
-¡Ya sé! Son como zombies, hombres pendejos van por ahí caminando nomas viendo como sentirse algo pero lo que pasa hermana, es que son huecos, no tiene nada adentro.
-Tienes razón ni una palabra más para quejarme de un cuerpo vacío, yo sí que tengo una vida.
Así siguió andando la mujer llena entre una manada de cuerpos vacíos.
Por
Carlos Ávila Pizzuto
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#HablandoPaz
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