TEJEDORES, SANGANOS Y NOBLES CARLOS ÁVILA PIZZUTO La luz del sol, reflejada por espejos hacia el mundo de abajo encontró una rendija entre las cortinas y alcanzó a rozar la cara de Rosa. Ella aún no tenía ganas de despertar, está cansada, su hija estuvo despertándose toda la noche con algunas molestias y Rosa no tiene quien le ayude cuando eso pasa. El padre de la niña, está en otra sección, donde arrastrar el cable recibe una remuneración un poco mayor y no se puede sobrevivir sin ese ingreso. Rosa no tiene donde dejar a su hija cuando está enferma porque a su mamá y a la mamá de su esposo no les gusta que se la encarguen malita porque ya están cansados de lidiar con niños, seguramente Rosa tendrá arrastrar el cable con ella a cuestas. Sube el volumen de su Lazo Al Mundo y escucha la voz de entusiastas mujeres del mundo que le recuerdan a Rosa que sólo una mujer muy irresponsable, malcriada o loca, dejaría...
Cuentos, reflexiones y demás