TEJEDORES, SANGANOS Y NOBLES
CARLOS ÁVILA PIZZUTO
La luz del sol, reflejada por espejos hacia el mundo de abajo encontró una rendija entre las cortinas y alcanzó a rozar
la cara de Rosa. Ella aún no tenía ganas de despertar, está cansada, su hija
estuvo despertándose toda la noche con algunas molestias y Rosa no tiene quien
le ayude cuando eso pasa. El padre de la niña, está en otra sección, donde
arrastrar el cable recibe una remuneración un poco mayor y no se puede
sobrevivir sin ese ingreso.
Rosa no tiene donde dejar a su hija cuando está enferma porque a su mamá
y a la mamá de su esposo no les gusta que se la encarguen malita porque ya
están cansados de lidiar con niños, seguramente Rosa tendrá arrastrar el cable con
ella a cuestas.
Sube el volumen de su Lazo Al Mundo y
escucha la voz de entusiastas mujeres del mundo que le recuerdan a Rosa que sólo
una mujer muy irresponsable, malcriada o loca, dejaría de cumplir con sus
deberes de madre y trabajadora…
“Mujeres, recuerden siempre
que no hay manera de sus hijos crezcan sanos si no los cuidan, los apoyan, los
alimentan, los educan y lo enseñan a ser gente de bien. ¿Han visto a esos hombres flojos, ebrios,
violentos y descuidados? ¡Son hijos de madres con trastornos de personalidad
graves, como el Trastornos por Evitación de Responsabilidades Maternales (TERM),
o el Síndrome de Frialdad Emotiva Femenina (SFEF)! Trastornos mentales
femeninos que atentan contra el instinto materno, el más importante de los
instintos. Se ha escuchado de mujeres que por flojera o por su enfermedad, se
quedan en casa en vez de jalar su cable, poniendo en riesgo el privilegio que
tienen de tener un trabajo y la oportunidad de criar a sus hijos sanos.”
El Lazo Al Mundo tiene muchos canales que
ayudan a Rosa a recordar su deber, algunos presentan a especialistas en la
psicología femenina, a trabajadoras sociales, a líderes espirituales, a
maestras y líderes comunitarias que ayudan a que las mujeres tengan la
motivación para cumplir con su deber. Así Rosa se lava, le da de comer a su
hija, la carga y se ata la punta del cable a su jalador.
Al abrir la puerta ella puede ver que ya hay muchos hombres y mujeres
con su Lazo Al Mundo estimulándolos para que hagan su trabajo y encuentren
maneras de atravesar la red de base que entre millones de cableadores que tejen
todos los días.
Juan tiene muy buena energía esta mañana,
se despertó aún antes de que el sol fuera reflejado desde la línea del horizonte. Él está por
alcanzar un meta de cableado que pocos de sus amigos han conseguido y se siente
orgulloso. Juan no sale con temor a ser despedido y enviado a los centros de
colección de recursos defectuosos, él sale con el temor de no ser ascendido,
sueña con ser un comunicador del Lazo Al Mundo donde podrá motivar a otros a
ser como él, se gana mejor ahí que cableando y como hombre entiende que su
deber es ganar más.
Escucha su línea de Lazo Al Mundo que más le gusta:
“Así es mis pobres tejedores
qué esperan ustedes para echarle más ganas, los que trabajamos en oficinas
siempre estamos tomando alcohol, manoseando secretarias y contratando
sexoservidoras y ustedes ¿Qué hacen jalando el cable? ¡Supérense flojitos! Por
cierto ¿Saben en qué se parece una mujer oficinista y un cepillo de dientes?
...”
Juan se carcajea con el chiste y dando saltos llevo al cable a donde
necesite llegar para reponer alguna zona débil del tejido, animado con el deseo
de trabajar con mujeres oficinistas.
Desde una nave espacial, la red tejida
brilla como la plata, ayuda a que los rayos del sol se reflejen y se reduzca el
calor ahora que el blanco de los polos ha practicante desaparecido. Además, la
red sostiene a un mundo que vive como a un metro y medio por encima de la
superficie de la tierra. El mundo de la Gente Bien. Los oficinistas y los
locutores del Lazo Al Mundo no son parte de la gente bien, son más bien un
subgrupo de intercomunicación entre aquellos que sostienen la red y aquellos
que caminan sobre ella sin manchar sus zapatos con la tierra.
En la escuela de la gente bien, los niños repiten aquello que los
maestros consideran que deben repetir para que entiendan lo que los maestros
creen que deban entender y para que ignoren lo que los maestros creen que deben
ignorar.
-¿Qué es la red niños? – pregunta el maestro.
-Es nuestro piso plateado que mantiene el planeta fresco y habitable. -Responden
los niños al unísono.
-¿De qué está hecha la red?
– De materiales no biodegradables que se usaban
de envase o como tecnología del siglo XX y XXI.
-¿Quiénes
tejen la red?
-Los feos, los nacos, los raros,
los pobres, los de otro lado, los enfermos, los violadores, los degenerados,
los inadaptados y demás lacras.
-¿Quiénes caminan por sobre
la red?
- Las personas.
-¿De dónde viene la comida?
-De los viveros hidropónicos
en el polo norte y polo sur.
-Bien jóvenes, vayan a jugar
sobre la red ¡Es suya! ¡Se la merecen! ¡Merecen todo!
Y los niños, salen corriendo a jugar felices.
Andrea es una persona, trabaja como maestra
en el mundo por encima de la red. Desde arriba de la red, se puede ver como
algunos cables se tejen bajo sus pies sin que se note que hay marginados tejiéndolos
desde abajo. Se han acostumbrado a ver ese tejido como algo automático, algo
que se hace solo. A ella le gusta caminar sola mientras los niños juegan libres
sobre la seguridad de la red. En su andar Andrea piensa que la vida es algo
tediosa, pero jamás lo diría, sería traicionar el enorme esfuerzo de sus padres
y ancestros por construir un mundo seguro y fresco para las personas. Hoy como
cualquier otro día, trata de olvidar esos pensamientos comprando bebidas y comestibles
imaginarios que dan la sensación de haber comido carbohidratos refinados sin
hacerlo realmente, lo que permite que se puedan consumir indiscriminadamente y
sin efectos indeseables ¡Se lo merece!
Andrea no teme nada y no aspira a anda y
cuando siente algo, lo esconde debajo de la sensación de beber litros y litros
de malteada de chocolate.
Abajo, Rosa se tropezó jalando el cable y calló sobre su bebé que murió
al instante.
Ella supó que era su culpa, su única responsabilidad era cuidarla y al verla muerta se dio cuenta de que no servía para nada. Lloraba y gritaba sobre el cuerpecito de su deber. Juan que pasaba por ahí, al verla tan vulnerable, la violó, venía muy excitado oyendo Lazo Al Mundo y no pudo dejar pasar esa oportunidad.
Ella supó que era su culpa, su única responsabilidad era cuidarla y al verla muerta se dio cuenta de que no servía para nada. Lloraba y gritaba sobre el cuerpecito de su deber. Juan que pasaba por ahí, al verla tan vulnerable, la violó, venía muy excitado oyendo Lazo Al Mundo y no pudo dejar pasar esa oportunidad.
El sistema de seguridad se activó y lanzó un disparo contra Juan que lo
hizo estallar como a un tomate aplastado, el disparo aniquiló también a Rosa.
El estallido hizo vibrar un poco la red y Andrea perdió por un instante el equilibrio,
afortunadamente no se cayó, eso habría sido terrible, una persona no se merece
semejante molestia.
Es bueno saber que no vivo en ese mundo…
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