Pensamos que podemos explotar un recurso indefinidamente sin agotarlo, pensamos que los trabajadores son un recurso, los hemos explotado y se están agotando.
Luego levantan la voz: "Basta de rollos y escúchenos." Entonces llega quien finge escucharlos, quien les dice que tienen razón en estar molestos y creyendo o sin creer y por simple protesta le dan su voto a quien les da la razón. Los "evolucionados", estos que hemos aprendido sobre paz, integración, equidad y justicia ponemos el grito en cielo: ¡Malditos ignorantes no han llevado de vuelta al pasado!
Pero no estamos de vuelta en el pasado, el pasado nunca había terminado.
Los confederados en EEUU no aprendieron de sus errores, fueron vencidos con la violencia y obligados a tolerar un "futuro" que no deseaban.
Los conservadores en México tampoco aprendieron de sus errores, fueron vencidos en guerra y obligados a tolerar un "progreso" que no deseaban.
Las voces silenciadas se vuelven violentas. Pensamos que podemos ignorar la voz de los otros indefinidamente sin agotarlos, pero hay voces soterradas que están gritando: ¡Muerte! Lo hacen en Gran Bretaña, en Colombia, en México y en la capital del imperio del libre comercio, lo gritan también.
Nos decimos evolucionados, progresistas y pensantes, digo ¿Y si escuchamos la insatisfacción en vez de insultar a diestra y siniestra a quienes la expresan aún cuando lo expresen de formas destructivas?
Nadie aprende a amar con insultos.
Luego levantan la voz: "Basta de rollos y escúchenos." Entonces llega quien finge escucharlos, quien les dice que tienen razón en estar molestos y creyendo o sin creer y por simple protesta le dan su voto a quien les da la razón. Los "evolucionados", estos que hemos aprendido sobre paz, integración, equidad y justicia ponemos el grito en cielo: ¡Malditos ignorantes no han llevado de vuelta al pasado!
Pero no estamos de vuelta en el pasado, el pasado nunca había terminado.
Los confederados en EEUU no aprendieron de sus errores, fueron vencidos con la violencia y obligados a tolerar un "futuro" que no deseaban.
Los conservadores en México tampoco aprendieron de sus errores, fueron vencidos en guerra y obligados a tolerar un "progreso" que no deseaban.
Las voces silenciadas se vuelven violentas. Pensamos que podemos ignorar la voz de los otros indefinidamente sin agotarlos, pero hay voces soterradas que están gritando: ¡Muerte! Lo hacen en Gran Bretaña, en Colombia, en México y en la capital del imperio del libre comercio, lo gritan también.
Nos decimos evolucionados, progresistas y pensantes, digo ¿Y si escuchamos la insatisfacción en vez de insultar a diestra y siniestra a quienes la expresan aún cuando lo expresen de formas destructivas?
Nadie aprende a amar con insultos.
Carlos Ávila Pizzuto
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