En una conferencia de Claudio Naranjo, él dijo que no le sorprendía que Hollywood produjera tantas películas sobre extraterrestres que venían a la tierra a destruirnos porque es un síntoma de una sociedad paranoica y cobarde. En esas películas la humanidad se une contra un enemigo común y vorazmente destructivo y gracias a que nuestros ejércitos están muy bien armados podemos vencerles.
¡Qué bueno que hay armas y ejércitos que nos protejan! Decimo saliendo de la sala porque estamos rodeados de peligros.
Hay una parte de nosotros que supone que quizá no haya tales extraterrestres destructivos, voraces y envidiosos de nuestra civilización; hay una parte de nosotros que sabe que los voraces, destructivos y envidiosos somos nosotros pero lo proyectamos en otros, como los extraterrestres, en ejercicio de un mecanismo de defensa y le tenemos miedo a otros aún cuando nosotros seamos el peligro más inminente.
Quizá no parezca tan relevante nuestro miedo a los extraterrestres pero suena un poquito peor cuando se usa el termino "alien" que hace referencia a extranjeros... En la Alemania Nazi, el miedo al peligro de los planes de los judíos para dominar el mundo hizo que ellos quisieran dominar el mundo y no se percibían a sí mismos como un peligro sino como una solución.
Está claro que los mexicanos, así bien mexicanos somos gente bien buena, noble, trabajadora, divertida, sin miedo a la muerte y que los que andan poniendo muros, vendiendo basura, promoviendo guerras, desintegrando familias, contaminando el mundo, son otros. Algunos dirán que claro que no que somos muy despreciativos de nosotros mismos y nos culpamos de todo y en algo tiene razón pero es curioso ver como despreciamos a Trump por querer poner muros cuando vivimos en un país lleno de calles privadas y cerradas con muros. Es curioso que cuando "los otros" hablan de consumir lo suyo, son proteccionistas y nosotros nacionalistas. No nos gusta vernos como el malo, pero le tenemos horror a los otros que sí son los malos.
Vivimos aterrados de personas que no son de por aquí, que piensan de otra manera, que no tiene nuestros valores, que no tiene nuestra educación, que viven para hacer mal, etc. y deseamos que alguien nos proteja como el presidente de Estados Unidos los protege a ellos de los "aliens" con sus bombas nucleares y soldados valientes en Día de la Independencia. (Sería bueno que vean la película La Llegada)
Así parece que mientras seamos cobardes buscaremos quien nos cuide y le daremos a ese que nos cuida nuestro dinero, nuestra libertad y nuestra mente. Estaremos dispuestos a dañar a otros para que esos otros no nos dañen a nosotros. Somos ratitas asustadas con miedo a salir, a ser, a vivir, a pensar, a creer, a sentir porque todo es peligroso. Nuestra creatividad y libertad esta limitada porque nos aterra ser diferente, no queremos ser el otro.
En las familias las chicas tienen miedo a ser de esas y los chicos tiene miedo a ser de esos, las peligrosas, los peligrosos y a menudo tratan de ser como son todos en la familia para pertenecer, aún cuando implique renunciar a ser. Nuestro miedo incluso nos ciega de ver que ser como es nuestra familia es ser parte del problema.
Nuestra cultura viene de un largo linaje de un sistema jerárquico y autoritario, que se ha dado a llamar patriarcal. Ese sistema depende de nuestra cobardía.
En un momento dado la humanidad se organizó en ciudades y esas ciudades requirieron de cierto orden y control. Para tal fin recurrieron a líderes que quizá hayan sido muy bien intencionados pero que al tener tanto poder se fueron llenando de privilegios que no han querido soltar desde entonces. Cada que dejamos de pensar para encargarle nuestro pensar a un profesor, estamos dándole poder a ese profesor y renunciando al nuestro. Cada que le delegamos el problema de la seguridad a otros le damos el poder de regir nuestra libertad. Cuando en nuestra familia los más jóvenes renuncian a sí mismos para ser protegidos, guiados y manejados por padres están manteniendo un sistema de privilegios que ya no funciona.
Hay crisis de alimentos, ambiental, económica, migratoria, bélica, terrorista, energética, social, familiar, política, espiritual, etc. y esa crisis ha sido construida por el sistema patriarcal. Necesitamos pensar distinto, organizarnos distinto, amar mejor, entendernos como partes de una sola humanidad que depende del medio ambiente que ha sido nuestra madre y casa. Repitiendo la forma de ser de nuestros padres no sanaremos esas crisis.
Seamos valientes y hagamos las cosas de otra forma. He aquí algunas ideas:
¡Qué bueno que hay armas y ejércitos que nos protejan! Decimo saliendo de la sala porque estamos rodeados de peligros.
Hay una parte de nosotros que supone que quizá no haya tales extraterrestres destructivos, voraces y envidiosos de nuestra civilización; hay una parte de nosotros que sabe que los voraces, destructivos y envidiosos somos nosotros pero lo proyectamos en otros, como los extraterrestres, en ejercicio de un mecanismo de defensa y le tenemos miedo a otros aún cuando nosotros seamos el peligro más inminente.
Quizá no parezca tan relevante nuestro miedo a los extraterrestres pero suena un poquito peor cuando se usa el termino "alien" que hace referencia a extranjeros... En la Alemania Nazi, el miedo al peligro de los planes de los judíos para dominar el mundo hizo que ellos quisieran dominar el mundo y no se percibían a sí mismos como un peligro sino como una solución.
Está claro que los mexicanos, así bien mexicanos somos gente bien buena, noble, trabajadora, divertida, sin miedo a la muerte y que los que andan poniendo muros, vendiendo basura, promoviendo guerras, desintegrando familias, contaminando el mundo, son otros. Algunos dirán que claro que no que somos muy despreciativos de nosotros mismos y nos culpamos de todo y en algo tiene razón pero es curioso ver como despreciamos a Trump por querer poner muros cuando vivimos en un país lleno de calles privadas y cerradas con muros. Es curioso que cuando "los otros" hablan de consumir lo suyo, son proteccionistas y nosotros nacionalistas. No nos gusta vernos como el malo, pero le tenemos horror a los otros que sí son los malos.
Vivimos aterrados de personas que no son de por aquí, que piensan de otra manera, que no tiene nuestros valores, que no tiene nuestra educación, que viven para hacer mal, etc. y deseamos que alguien nos proteja como el presidente de Estados Unidos los protege a ellos de los "aliens" con sus bombas nucleares y soldados valientes en Día de la Independencia. (Sería bueno que vean la película La Llegada)
Así parece que mientras seamos cobardes buscaremos quien nos cuide y le daremos a ese que nos cuida nuestro dinero, nuestra libertad y nuestra mente. Estaremos dispuestos a dañar a otros para que esos otros no nos dañen a nosotros. Somos ratitas asustadas con miedo a salir, a ser, a vivir, a pensar, a creer, a sentir porque todo es peligroso. Nuestra creatividad y libertad esta limitada porque nos aterra ser diferente, no queremos ser el otro.
En las familias las chicas tienen miedo a ser de esas y los chicos tiene miedo a ser de esos, las peligrosas, los peligrosos y a menudo tratan de ser como son todos en la familia para pertenecer, aún cuando implique renunciar a ser. Nuestro miedo incluso nos ciega de ver que ser como es nuestra familia es ser parte del problema.
Nuestra cultura viene de un largo linaje de un sistema jerárquico y autoritario, que se ha dado a llamar patriarcal. Ese sistema depende de nuestra cobardía.
En un momento dado la humanidad se organizó en ciudades y esas ciudades requirieron de cierto orden y control. Para tal fin recurrieron a líderes que quizá hayan sido muy bien intencionados pero que al tener tanto poder se fueron llenando de privilegios que no han querido soltar desde entonces. Cada que dejamos de pensar para encargarle nuestro pensar a un profesor, estamos dándole poder a ese profesor y renunciando al nuestro. Cada que le delegamos el problema de la seguridad a otros le damos el poder de regir nuestra libertad. Cuando en nuestra familia los más jóvenes renuncian a sí mismos para ser protegidos, guiados y manejados por padres están manteniendo un sistema de privilegios que ya no funciona.
Hay crisis de alimentos, ambiental, económica, migratoria, bélica, terrorista, energética, social, familiar, política, espiritual, etc. y esa crisis ha sido construida por el sistema patriarcal. Necesitamos pensar distinto, organizarnos distinto, amar mejor, entendernos como partes de una sola humanidad que depende del medio ambiente que ha sido nuestra madre y casa. Repitiendo la forma de ser de nuestros padres no sanaremos esas crisis.
Seamos valientes y hagamos las cosas de otra forma. He aquí algunas ideas:
- Hablemos sin usar etiquetas que nos separen. La Comunicación No Violenta ayuda a conversar sin usar juicios, etiquetas o criticas.
- Busquemos modelos de educación que nos enseñen a ser humanos y no engranes de un sistema patriarcal. El programa SAT de Claudio Naranjo es una opción así como la propuesta de la Educación Prohibida.
- Busquemos organizar nuestras familias en círculos de conversación en vez de en juicios y castigos como se propone en las Prácticas Restaurativas o en el Espacio Protegido del Diálogo.
- Demos a la expresión artística un lugar fundamental para el desarrollo de la humanidad y volvamos a las artes accesibles a todos.
- Cuando veamos algo que no se ajusta a nuestra idea de normal preguntemos en vez de lanzarnos a juicios, lo novedoso se ve raro pero sin novedad la crisis se volverá desgracia.
- Busca consumir en comercios que
- Busquemos maneras de hacer justicia restaurativa en vez de venganzas.
El miedo es como un cobertor que nos envuelve a todos y cada que hay
alguien intentando escapar a su poder, le abre espacios a otros. Te invito a empujar el cobertor y a buscar una nueva forma de ser humano en la que todos quepamos en justicia y bienestar.
Después de todo quizá esos extraterrestres vienen a compartir su riqueza.
Por mi parte estaré gustoso de compartir estos temas y otros en el taller "Transformando al Monstruo" en San Luis Potosí.
Con cariño, Carlos Ávila Pizzuto
Te agradezco que compartas.
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