LA DIOSA DE LA MELANCOLIA - Cuento 15 de Solidona- Continuación de MELINDE
Buenas tardes, les habla Claudio de Solidona.
Hermanos, cuando la rosa en su aroma y su color llenan el alma de un mortal, Melinde se siente recordada, lo cual disfruta y a la vez la hace arder en envidia, porque no cree que haya un mortal digno del gozo romántico, porque ninguno ha vivido el dolor que ella ha experimentado en su Ser.
“Amado Exis, me has visto, sé que has notado la herida que sangra en mi corazón. Sé que la ves y que me amas por ese dolor. Te conecta con él tuyo, dolor tuyo que niegas detrás de esa fea máscara de aparente belleza. Cuando supe que me amabas supe que existe sentido detrás de tanto dolor, nadie que sepa cuando duelo puede maltratarme, su alma tendría que ser muy fría.
Exis, estabas aquí esperándome, para sanarte en mí, estabas aquí esperándome para sanarme en ti.
Exist, aun no los sabes pero nuestro amor nos salvará la vida.”
Melinde acunaba su dolor fantaseando en su amor con Exis, Dios que ella conoció por unos instantes. Ella no tenia energía para buscarlo, pero suponía que su amor lo llamaría y entonces Éxis vendría a buscarla para liberarla de las torturas a las que era sometida por Timpo y Dista.
Melinde construía su desesperanza inventando esperanzas sin fundamento.
Los veo pronto, hasta luego.
“Amado Exis, me has visto, sé que has notado la herida que sangra en mi corazón. Sé que la ves y que me amas por ese dolor. Te conecta con él tuyo, dolor tuyo que niegas detrás de esa fea máscara de aparente belleza. Cuando supe que me amabas supe que existe sentido detrás de tanto dolor, nadie que sepa cuando duelo puede maltratarme, su alma tendría que ser muy fría.
Exis, estabas aquí esperándome, para sanarte en mí, estabas aquí esperándome para sanarme en ti.
Exist, aun no los sabes pero nuestro amor nos salvará la vida.”
Melinde acunaba su dolor fantaseando en su amor con Exis, Dios que ella conoció por unos instantes. Ella no tenia energía para buscarlo, pero suponía que su amor lo llamaría y entonces Éxis vendría a buscarla para liberarla de las torturas a las que era sometida por Timpo y Dista.
Melinde construía su desesperanza inventando esperanzas sin fundamento.
Los veo pronto, hasta luego.
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