UNA TERAPIA SIN CRITERIOS
PREVIOS DE NORMALIDAD
CARLOS ÁVILA-PIZZUTO
¿De dónde nace este texto?
Se me ocurrió que
quería escribir sobre el hacer terapia (psicoterapia) sin criterios previos o
impuesto de normalidad tras el taller que Carlotta Ehrenzeller facilitó en el
IIPE México 2022 (Conferencia del Instituto Internacional de educación para la paz)
“¿Qué tiene que ver conmigo la decolonialidad? Un taller hacia el pensamiento y
el ser decoloniales.” Fui al taller porque me declaraba ignorante del
tema y quería explorar cosas de la educación para la paz que no conocía. En las
reflexiones que emergieron en el taller encontré que la colonealidad en la
actualidad[1] tiene que ver con una mirada del mundo
desde una perspectiva con un punto de fuga colocado en el hemisferio norte y
occidental del planeta, que se considera así misma universal y por lo tanto
merecedora de ser impuesta sobre otras visiones del mundo; sería algo así: “si
algo no se ve como se ve en Europa o Norteamérica es porque no se está viendo
bien.”
Al
finalizar el taller se nos preguntó una intención final y yo dije: “quiero
seguir buscando una manera de hacer terapia sin criterios de normalidad”. En
una conversación con la facilitadora tras el cierre, me preguntó algo sobre esa
terapia sin criterios de normalidad y agregó ¿Cómo sería con trastornos graves
como esquizofrenia? En automático respondí con una idea que me acompaña desde
hace unos años sobre la “locura”, idea inspirada en propuestas en la
antipsiquiatría de R. D. Laing y que retoma el terapeuta existencial Ernesto
Spinelli, en las que se plantea que el “loco” no está “loco” por el contenido
de su mundo psíquico sino porque espera que ese contenido sea comprendido por
otros sin crear puentes adecuados para comunicar. En el cuento “Lifting a veil”[2]
de Spinelli, un hombre tiene una revelación, un velo se corre y la claridad
llega… Mira una verdad oculta, pero nadie más la ve y él, desesperado, trata de
que todo el mundo vea lo que él ve… La gente lo llama loco. Yaqui A.
Martínez-Robles representante de la terapia existencial mexicana dice que la
diferencia entre el “loco” y el genio está en los otros ¿Cómo lo califica la
gente, como un genio o como un loco? Giles, el personaje de Spinelli fue
calificado de loco ¿Qué diferencia hubo entre en Giles que vio el mundo con
ojos distintos y por ejemplo Einstein que también tuvo una revelación? Spinelli
propondría que el científico planteó su revelación en términos matemáticos
comprensibles para sus pares.
Carlotta
escuchó, luego me dijo que sí para sus pares científicos era comprensible, pero
igual él usaba un lenguaje ajeno a la comprensión de otros que no conocían la
ciencia occidental. Seguramente, E=mc2 suena a completa locura a
quienes no saben qué variables se representan, y aun así a esas personas que no
lo comprendemos se nos ha impuesto la idea de la genialidad de Einstein sin
comprender de qué habla. Esto me lleva a querer profundizar más en estas ideas.
Carlotta Ehrenzeller |
¿Las ideas de normalidad
psicológica son universales o impuestas?
Uso como
ejemplo el duelo visto desde las ideas de anormalidad y normalidad que
determina la American Psychological Association (APA).
Como
paréntesis, hablar de APA me lleva a una pregunta ¿Por qué en México debemos
ceñirnos a los criterios de APA? ¿Es por la doctrina Monroe[3]?
¿El "American" hace referencia a Estados Unidos o el continente
americano?
Es claro
que los criterios de diagnóstico de APA están considerados en contexto de los
Estados Unidos (quizá específicamente a una parte de los Estados Unidos[4])
y toman en cuenta necesidades de las aseguradoras, empresas empleadoras y
farmacéuticas en un contexto distinto al de México y el resto del mundo. El
manual de diagnóstico de APA el DSM plantea que un duelo pasa por etapas de
aceptar una pérdida, permitir el dolor de la pérdida, adaptarse a una realidad
nueva y establecer nuevos vínculos y que una persona debe transitar por esas
etapas en no más de un año[5] o de lo
contrario se considera un duelo que requiere atención médica ¿No es eso una
psiquiatrización de una experiencia existencial compleja que debe ser entendida
como única en cada contexto? ¿Una psiquiatrización de la vida cotidiana? ¿Una
medicalización de la vida como plantea Ivan Illich[6]?
Comprendamos las implicaciones económicas: Un año de malestar es
aceptable, un par de días de incapacidad laboral por una muerte en la familia
es aceptable ¿Pero es aceptable económicamente una persona en un duelo que
significa distracción, tristeza, cambios de ánimo, desmotivación, ausencias
laborales? ¡No en este modelo económico que depende del crecimiento! Además, si
consideramos algo natural que la persona sufra un duelo, eso deja a esa persona
alejada de poder recibir atención médica y psicológica dentro de un esquema de
seguros para gastos médicos. Si se acepta la idea de un duelo anormal, el
paciente podrá acceder a atención psiquiátrica y terapéutica. Pero eso no
aplica en México, en México en lo general es cosa de vida o muerte seguir
trabajando pese a todo y los seguros no cubren la terapia así que ¿De qué nos
sirve volver patológico un duelo? A veces, se usa para presionar a personas que
sufren a que dejen de sufrir cuanto antes ¿Por qué la prisa de dejar de sufrir?
¿Cómo es que asumimos que la felicidad es el estado normal de las personas aun
cuando el contexto es adverso? ¿Es esa otra idea originada en el contexto del
norte-occidente? ¿Esa idea de que lo normal es estar feliz está detrás de
considerar la depresión como algo anormal?
Veamos, si una
persona ha sufrido una pérdida importante, en un contexto donde en vez de
cariño por su pérdida recibe exigencia de estar bien, de seguir con sus metas,
de agradecer la vida, de recordar solo lo bueno, de soltar el pasado… Supongo
que esa persona para ser aceptada en su círculo social y laboral debe empujarse
a sí misma hasta correr el riesgo de quedar exhausta[7]
¿No podría ser la depresión la manera que tiene el organismo de evitar el
desgaste absoluto de dicha persona? ¿no sería mejor abordar el sufrimiento
humano como una señal de que hay mucho que mejorar como cultura?
¿Cómo sería una terapia sin
criterios previos de normalidad?
La
terapia tiene muchos retos, aquí abordaré uno: las ideas de normalidad y de
anormalidad se comparten en redes sociales, blogs, videoblogs y podcasts con
libertad y sin consideración de los contextos donde esas ideas se generan.
Personas
de comunidades indígenas se juzgan a sí mismas con criterios de autoestima,
dependencia, codependencia, felicidad y salud mental originados en culturas
diferentes con recursos diferentes; jóvenes vienen a mi consulta diagnosticando
a sus parejas de narcisistas y ellas mismas de excesivamente empáticas por algo
leído oído en un podcast; personal ejecutivo de empresas transnacionales vienen
a consulta diagnosticados por recursos humanos de carentes de rasgos de
liderazgo, faltos de proactividad, con incompetencia para comunicarse y falta
de compromiso; mujeres con parejas que las han golpeado llegan quejándose de su
falta de autoestima, de su histeria, de su codependencia… tengo también a los
que se preguntan por qué atraen apersonas violentas, las que no son felices porque
están rodeadas de personas negativas, las que no logran vibrar alto… Muchos
criterios de normalidad y anormalidad que abruman, que nos hacen mirarnos con
desconfianza, que nos hacen exigirnos una perfección imposible y desgastante.
Como terapeutas
(y maestros), quizá, si pausamos nuestro juicio de lo que es normal y lo que
debemos considerar anormal según organismos que investigan en otros contextos,
podríamos volvernos creadores de puentes entre la experiencia de unos con
otros, podríamos cambiar la pregunta ¿Cómo te quito un duelo anormal o una
depresión (o lo que sea)? Por las preguntas: ¿Cómo se ha ido construyendo este
sufrimiento? ¿Qué ha tenido que soportar tu cuerpo?, ¿qué has tenido que hacer
para pertenecer y recibir aceptación de tu grupo social?, ¿qué juicios te haces
por sentirte así, dónde aprendiste a juzgarte así?, ¿qué buscas lograr con tu
vida y cómo se ve afectada esa búsqueda con esa pérdida?, ¿qué se fue cuando
esa persona se fue?, ¿qué tanta seguridad encuentras en tu contexto social?,
¿qué creencias tuyas están en riesgo por lo ocurrido?, ¿qué retos económicos
enfrentas con esa pérdida?, ¿qué huecos sociales deja esta experiencia?, ¿qué
se quedó pendiente? Además, hace falta hacernos preguntas metodológicas junto a
la persona que solicita la terapia tales como: ¿Cómo podemos construir un
espacio-tiempo de paz entre nosotros para que puedas expresar tu complejidad,
tu incongruencia, tus emociones, tus anhelos, tus dudas, tus incertidumbres?,
¿cómo podemos crear un espacio-tiempo para el cuidado tierno de nuestros
sufrimientos?; y quizá ¿Qué ideas de lo que se debe ser son
incompatibles con lo que está siendo en este espacio-tiempo?... Esa terapia no
buscaría curar, buscaría respetar la experiencia de quien la solicita.
Me suelen preguntar
¿Respetar la experiencia tal como se manifiesta no es un poco mediocre? ¿No
deberíamos esforzarnos por estar mejor? Mi primera reacción es preguntarme de
dónde vienen las ideas de mediocridad y esfuerzo, pero para no contestar
preguntas con preguntas diría que, nada es igual cuando una persona es
acompañada a experimentar la complejidad de su experiencia sin juicios, sin
imposición y sin exigencia. La persona entraría por un tiempo a un espacio que
no se rige por las reglas de la cultura, lo cual brinda una mirada diferente y
una oportunidad de buscar un bienestar que se vislumbre desde un encuentro de
seres dispuestos, de un conversar, de una danza de ideas y sentimientos, en vez
de una idea de bienestar fabricada en el departamento de mercadotecnia de una
compañía con su base en el norte-occidente de nuestro planeta.
[1]
Entiendo que, en otras épocas, otros imperios se han considerado a sí mismos
poseedores de un conocimiento universal que debe ser impuesto y no siempre han
estado colocados en el Norte y Occidente.
[2]
Spinelli, 2015
[3]“America
for the americans”, que si bien se plantea como una declaración anticolonial
hacia los europeos se ha usado para justificar una posición imperial en el
continente.
[4]
Se llama población WEIRD al sesgo en investigaciones psicológicas y sociales
por usar una muestra excesiva de occidentales de países industrializados ricos
en sociedades democráticas. Pero también debemos considerar que los sujetos de
investigación en los Estados Unidos suelen pertenecer al sector más educado y
urbano.
[5] Mayo Clinic, 2017
[6] Illich, 1975
[7] Garson, 2022
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