LA DEMOCRACIA EN LA QUE CREO
Me resultan molestos los anuncios del Instituto
Federal Electoral donde me repiten constantemente que mi derecho a opinar está
limitado y condicionado al voto. El peor de todos dice que si no voto es como
si no existiera. De verdad me molesta escuchar esos estilos de manipulación
basados en la culpa, en la vergüenza y el miedo. Mismos estilos que usan los
candidatos a puestos de elección.
Otra molestia surge en mí, conversando con personas
que han trabajado para el gobierno.
Comentan de los abusos, de las condiciones indignas, de los proyectos
cancelados y presentados como concluidos, los empleados “institucionales” que
cobran sin servir al público, protegidos por sus derechos laborales, las exigencias de no hacer bien las cosas para no opacar a otros, los actos de corrupción y
de extorción legitimada por autoridades municipales de todos los partidos
políticos como: retenes con reglas absurdas para poder cobrar multas enormes,
cobrar impuestos federales siendo autoridades locales… Y muchos de los que han
permitido y creado eso, se postulan a nuevos cargos de elección y se ponen en
posters y espectaculares con enromes sonrisas rogando que se les vuelva dar
poder para maltratar.
Personas que han participado de actos de violencia explicados como actos
de derecho y de orden, que en otros países sería castigado con el desprestigio
absoluto, aquí se perdonan y se nos chantajea para votar por el que menos
terrible nos parezca.
Me incomoda oír un debate donde todos están a favor de las mismas cosas,
todos tienen el mismo discurso y que esperan ser creídos después de siglos del maltrato
del gobierno a la gente de México.
Me entusiasma que los jóvenes salgan a decir que no creen esos rollos aunque
sus marchas sean organizadas por un partido, esa energía surge de su corazón
ardiente y anhelante de tener una nación donde se pueda vivir libre y amar
libre. Donde podamos soñar ser lo que nos haga sentir plenos y donde no se nos
llame tontos por elegir arte, filosofía, sociología, cuando lo que los políticos dicen que lo que México necesita, es gente que trabaje para empresas que nos digan como pensar y que no
debemos sentir. Un México donde las mujeres puedan tener espacios para elegir constituir
su vida en libertad, donde los niños sean tomados en serio, tan en serio como a
los adultos, donde los ancianos cuenten sus historias y no sean diagnosticados con
depresión en automático al cumplir 65.
Me enoja que los gobernantes reciban crédito y agradecimiento tipo mesiánico
cuando entregan beneficios de programas pagados por TODOS NOSOTROS. No puedo respetarlos al verlos rogar por votos y luego colocarse en un pedestal frente a la gente. Este
país no subsiste gracias a ellos, subsiste pese a ellos.
Los grandes empresarios están contentos con
el manejo del gobierno de la administración de Calderón pero ¿y las mordidas millonarias que
tuvo que pagar Walmart? que son un "botón muestra" de lo que han tenido que pagar todos
para poder funcionar, los tramites infinitos para poner un pequeño negocio, los
municipios exigiendo más y más burocracia para tener más y más lugares para
poder robar ¿Cómo va a prosperar una economía así? ¡Claro que prosperan
personas y grupos que han usado a los gobernantes para colocarse en lugares de
privilegio! ¡Pero no prosperamos como nación!
La democracia que yo quiero es una en la que todos puedan ser plenos y donde lo
que uno hace no sea más importante que lo que hacen todos los demás. Donde no
tenga explicación aceptable la pobreza, la censura, la información oculta, las violaciones
a las posibilidades de bienestar de todos. Porque todos seriamos valiosos.
Carlos Ávila Pizzuto
#CentroRe
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