SUICIDIO POR SOBREDOSIS DE
VIDA (c)
-Mira, esto no se va a parar pronto, y como
veo que no hablas mucho o no hablas nada de español, voy a ocupar mi tiempo
contándote sobre mí, quizá no sea para ti de lo más apasionante, pero
realmente no puedo imaginar qué te pueda apasionar, digo para casi todo mundo
es el sexo lo que le apasiona pero me imagino que cuando lo haces varias veces
al día con desconocidos debe perder algo del nivel de apasionante, se ha de
volver algo muy normal, demasiado normal…
De hecho eso fue justo lo que le conté a
Edgar, un psicólogo famoso como de la mitad de mi edad y del cual no esperaba
encontrar ninguna ayuda y no me equivoqué, si lo vemos en el sentido de que
llegué con él creyendo que yo estaba mal por querer suicidarme a los 85 años de
edad ¡Cómo si faltara tanto para morir de nada! Pero igual me resultaba
aterrador tener que vivir hasta los cien como mi padre…
El punto es que no me curó. Pues bueno, no
vayas a creer que yo consideré necesario ir a terapia, fue mi muy querida y
metiche hija la que me llevó, creo que era muy malo para su curriculum como
“ministra de la comunión” tener un papá suicida, aunque ahora que lo pienso
debe haber preferido tener un papá que se hubiera suicidado a balazos que un
papá como el que soy ahora.
Te cuento, fui a ver al psicólogo para que
me dejara de molestar mi hija, estaba convencido de que el loquero iba a usar
todas sus técnicas de lavado de cerebro conocidas para convencerme de vivir una
aburrida vida de monje hasta morir, le dije que desde que enviude, la vida era
muy normal y que no había manera en el mundo que él me iba a convencer de
seguir metido en esa amargosa normalidad ¿Sabes? Lo que me cayó bien del joven
loquero es que me prometió que nunca iba a tratar de convencerme de vivir una
aburrida vida normal de monje hasta morir, de hecho me dijo que nunca se le
hubiera ocurrido considerar que él sabía algo sobre cómo debería yo de vivir mi
vida, a partir de allí fue sencillo, le dije que mi hija, sí que lo creía, él preguntó más cosas, y pronto estaba contándole que cuando mi esposa murió me di
cuenta de cuantas de mis promesas sobre hacerla feliz habían terminado siendo
mentiras, que nunca la llevé al círculo polar ártico cómo se lo había prometido
y ¿Sabes por qué? ¡Por codo!
No veía una sola razón distinta a esa. Mira
ya estoy llorando.
Pero bueno, el psicólogo lo puso en palabras
distintas, él dijo algo así: tenias miedo de gastar demasiado, de luego no
poder cuidar bien de tu familia, de tus hijos, de la enfermedad de tu mujer, de
no poder pagar las bodas de tus hijas, quizás hasta de que se hundiera el
crucero y dejar de vivir esa vida tan normal y bella que llevabas con tu amada
esposa ¿Es así?
Fue raro ¿Sabes? Mi cabeza decía que no,
que no era así, incluso se mecía negando, no era así, pensaba yo, fue por codo,
pero una voz que vino de, no sé donde, pero que salió de mi boca decía que sí,
que así fue, y lloraba, y lloraba así como ahora lloro frente a ti y te
agradezco como le agradezco a Edgar que no trataran de consolarme…
Fue entonces que le dije que había decidido
quitarme la vida, él me preguntó si sabía cómo y le contesté que no y como un
caballero me pregunto que si quisiera escuchar una sugerencia, le dije que
estaba perdido y que suponía que él podría tener algunas buenas ideas
dedicándose a hablar con locos, y me dijo, regala tus cosas, vende otras y haz
todas los cosas peligrosas que temías hacer cuando hubieras odiado perder tu
bella y normal vida pero hoy tu vida no vale nada, piérdela viviendo.
Lo escuché, lo entendí, lo dude, pero no le
vi caso a seguir dudando si ya había decidido dejarlo todo…
Regalé cosas, vendí cosas, viajé al círculo
polar ártico con las cenizas de mi bella Luz, esperaba agarrar una mortal
neumonía cuando salí a soltar las cenizas bajo una excepcional aurora boreal,
no me enfermé, así que el resto del viaje bebí vino tibio, hacía mucho que no
bebía, tuve hepatitis y pensé que eso me ayudaría morí ¡Hay de mí que no morí!
¡Hay como bailé! ¡Hay que rico fue intentar subir mis niveles de colesterol! En
Canadá vi un oso… me propuse lograr que me comiera y nadie me cree pero ¡Se
comió mi sándwich y a mí ni me tocó! Fui a un “Mall” había cine, en tres días
vi veinte películas, sabía que era malo para mi mente, sabía que era malo para
el oído y malo para la vista, pensé sería terrible para mi espalda pero los
asientos eran excelentes, el café delicioso y las historias emocionantes y
excitantes…
Algunas eran de romance, otras de mafia, me
gustó especialmente una sobre la corrupción en las bienes raíces ¡Ha, sí ,yo
sabía de eso! ¡Fue divertidísimo! Esa noche soñé con Luz, dormí en un una suite
de un hotel muy caro, bebí champaña y comí cangrejo, no hacía eso desde el día
de mi boda, Luz se veía feliz en mi sueño, me agradeció haberla amado hasta el
punto de haber dejado de vivir por conservarla, desperté feliz…
Listo para morir… En una película vi que
bucear después de volar es mortal, nunca había buceado, compre boletos de avión
a Cancún llegué antier, llevo dos clases de buceo, el arrecife es hermoso, nunca
pensé ver algo tan bello.
Hace 15 meses que murió Luz, hace doce meses
que fui a terapia… bueno, y hoy saliendo de la blanca y suave playa vi un
anuncio y mostraba una mujer semidesnuda y decía que podía pasar la noche con
ella y había un número telefónico, lo marqué y aquí estás tú y eres mucho más
bella que Luz ¡Que me lo perdone, pero mucho más bella que ella! ¡Y que el
arrecife! ¡Y que la aurora boreal! ¡Mucho más excitante que el cine! Y sé que
hay cientos como tú de donde tú vienes, y te prometo, moriré conociéndolas a
todas o hasta que me sean tan normales que prefiera morir asesinado por mi hija
cuando vaya a saludar a mis amados nietos después de años sin saber de mí…
-¡Vaya ya se me paró! ¡Bendito
Viagra!
-So, You want vaginal, oral or
anal?
-Whatever kills me faster sweet
heart!
www.facebook.com/CentroRe
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