Erase una vez un hombre que robaba por envidia, que deshonraba a sus padres por pereza, que se negaba a amar por avaricia, que abusaba de la confianza por gula y que vivía lleno de insatisfacción y falto de gozo por su lujuria.
Él caminaba orgulloso engañando a todos con su ropaje y arreglo vanidoso y ocultando su cobardía con una pose de macho, cuando vio una mujer pecadora y de todos los que por ahí pasaban, él fue el único que tuvo la ira suficiente para lanzar la primera piedra.
La gente al verlo admirada dijo: "Mírenlo ¡Es un Santo!"
El que sepa leer que lea.
Carlos Ávila Pizzuto
#HablandoPaz
Él caminaba orgulloso engañando a todos con su ropaje y arreglo vanidoso y ocultando su cobardía con una pose de macho, cuando vio una mujer pecadora y de todos los que por ahí pasaban, él fue el único que tuvo la ira suficiente para lanzar la primera piedra.
La gente al verlo admirada dijo: "Mírenlo ¡Es un Santo!"
El que sepa leer que lea.
Carlos Ávila Pizzuto
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