EL NACIMIENTO DE ORDIN Y EL DESTIERRO DEL AMOR - Tercer cuento de Solidona
Por CARLOS ÁVILA PIZZUTO
(VIENE DEL 2º CUENTO DE SOLIDONA)
A diferencia de otras veces Solidona entró a tomar su catedra con una actitud tosca, como si algo le molestara. Cierra sus ojos y lanza potentes gritos de dolor. Después abre los ojos, se ve distinto pero aun molesto, toma su botella de agua y la bebe hasta la mitad. Prueba el micrófono y empieza:
Saludos, les habla el discípulo de Solidona del mismo nombre.
Cuando Timpo volvió a lado de Dista dispuesto a decirle que no es bueno para él dejar que el amor los haga desgarrarse, la encontró expandida y radiante. Dista se abría sobre el espacio y de su centro surgía un ser igual que ellos.
Sí hermanos, ese fue el primer nacimiento. No un nacimiento carnal porque no eran seres carnales pero un Ser diferente surgió del centro de Dista y ese momento es el primer momento en que un Ser no original empezó a Ser como los cuatro originales.
Solidona observaba fascinada a la distancia y se emocionaba de ver como del amar surge el ser.
Lo que Timpo y Dista sentían en aquel momento no tenia referencia en lo que llevaban de existir, no podrían llamarlo amor como llamarón a aquel encuentro, porque aunque era parecido era de un tono más sublime.
Para Timpo era su primer instante de existencia sin urgencia por ser y sin miedo por dejar de ser, era un momento valioso en sí mismo.
Dista experimentaba una amplitud que la hacía creer que ella era todo el espacio y de ella emergía todo lo demás.
Al surgir del nuevo ser, Dista pudo saber a qué se refería Solidona al decir que sentía el centro de otros en el suyo propio. Ella podía sentir el miedo y la sorpresa del nuevo Ser al llegar a la existencia.
El surgido es un bello él, idéntico en forma a Timpo. Solidona, al verlo corrió a entrelazarse con él y darle la bienvenida al espacio que volvía a ser espacio de cuatro como fue originalmente. Pero justo antes de tocarlo Timpo se interpuso entre ellos.
-No puedes tocarlo tampoco a él Solidona, no puedo permitirte que pongas en riesgo su Ser. Dista me ha devuelto lo que la nada nos había quitado. Volveremos a ser cuatro y esté, el hijo de Dista, ocupará el lugar de Ordi, lo llamaremos Ordin y yo me encargaré que nada nunca ponga en riesgo su integridad, será tan perfecto como ahora es por siempre y jamás la nada nos lo podrá quitar. Cuidaré que no cometa el error de dejarse hacer por el amor y dejarse perder por la fuerza poderosa de la nada.
-Pero padre, - dijo de pronto Ordin- nada quiero yo más que entrelazarme con Solidona y dejarme hacer por el amor, desde que surgí y aun antes, desde que habitaba el centro de Dista, mi madre, he deseado y esperado por encontrar con mi sentir al sentir de Solidona para unirme a ella y hacerme Ser en el amor, te suplico no me alejes de mi tan añorado destino.
Solidona brillaba como nunca al escuchar las palabras de Ordin y Dista sentía rabia, no quería que Timpo fuera a privar a su hijo de Ser absolutamente por su miedo a dejar de ser y habló así:
-Timpo, no permitas que tu miedo aleje a nuestro hijo del ser cómo somos. No éramos más que cuerdas y la posibilidad de dejar de ser nos ha hecho existentes, Ordin no podrá existir a menos que le permitamos hacerse en el amor y en el sentirse flotando sobre el abismo de la nada.
-Ordin, - dijo Solidona- En mi centro eres bienvenido y en tu encuentro conmigo te harás en el amor y yo me recrearé en el amor contigo y en ese crear y recrear seremos todo y seremos nada porque ser todo no significa nada si no podemos ser también sólo: nada.
-Solidona quiero saber qué es ser nada contigo-dijo Ordin- tú eres mi destino y como Dista me lo ha hecho saber, yo tengo el poder de tomar ese destino.
Cuando Ordin dijo eso Timpo se empezó a poner rojo brillante y expandió uno de sus extremos de una forma que parecían conos que captaban del espacio aquello que no es perceptible. Dista pensó que se lo estaba llevando la nada pero no fue así. La forma de Timpo se modificó de nuevo, adquiriendo volumen y vibración, se expulsaban de él imagines de desgarro, rompimientos y figuras húmedas y destructoras.
Ordin no sabía que se pudiera sentir el miedo con tanta intensidad.
Ver a Timpo así le aterró profundamente, fue como si tú siendo un bebé ves a tu padre temblar de miedo y rabia, a él, al grande, al que sabe, ese tu dios se muere de miedo y ¿en qué creer entonces? Ordín de verlo se conectó con el miedo a dejar de Ser, comprendió la posibilidad de desaparecer. Así como tú que aprendiste de la cobardía de tus ancestros a ser un cobarde.
Hermanos, Timpo transmitió su miedo a dejar de ser a Ordin que aun antes de hacerse plenamente, como los otros que se hicieron en el amor, ya estaba temiendo dejar de ser. No Ser para nunca dejar de ser… se volvió tan comprensible para Ordin como para todos ustedes.
Recuperando su compostura Timpo habló:
-He descubierto la verdad. Solidona tiene un pacto con Nada. – Ordin escuchaba aterrado- Nada y Solidona se han hecho mutuamente en el amor. Ellas han conspirado, y primero sin que Dista ni yo nos diéramos cuenta, sedujeron a Ordi para poder llevárselo al espacio oscuro de Nada. Yo pude sentir, como víctima de sus poderes, otorgados por Nada, cómo nos llevo a que Dista y yo nos deshiciéramos en el amor y se empezara a rasgar nuestro Ser. Nada nos quiere llevar y se quiere llevar cuanto antes a Ordin, que por no saber lo que es perder el Ser en la nada es una víctima más simple e inocente. ¡Contemplen a Nada! Miren como rodea a Solidona y se regocija ante la idea de llevarnos a su reino de vacio absoluto.
Hermanos, Ordin no veía a Nada porque Nada no existe, pero pensó que no la veía por falta de desarrollo y recordó el rojo, la humedad, la vibración y el volumen de Timpo e imagino que algo así, algo monstruoso sería Nada y que eso rodeaba permanentemente a Solidona.
¿Qué podía saber él?-pensaba Ordin. ¿Era un recién llegado, una víctima inocente de la seducción de Solidona que sólo quería llevarlo al vacio?
-Padre, he sido tan ciego, quiero aprender de tu sabiduría, quiero que me enseñes a ser así como tú sabes ser, quiero aprender a ser prefecto para no dejar grieta en mí por la cual pueda colarse Nada o su cómplice: ¡Tú! – Gritó señalando a Solidona- que te colaste en mi corazón y me hiciste creer que Nada podía ser algo bueno ¡Tú maltita que robaste el Ser de Ordin! ¡Tú ella perdida que creaste una rasgadura en el Ser de mis padres con tus hechizos!
Ordín avanzo veloz hacia Solidona, Timpo pensó que lo perdía, pero se calmo cuando observo que Ordin daba un latigazo en el centro de Solidona.
Hermanos, les pregunto yo El Discípulo de Solidona del mismo nombre a ustedes: ¿les parece exagerada la reacción de Ordin?, ¡revisen su propia existencia! ¡Acaso no han rechazado la vida para evitar la muerte! ¡Revisen sus propios ejemplos de traición a Solidona!
-Nada es nada y sólo sobre la nada se construye el valor de todo, el amor nos hace de la nada. Temerle a la nada es volverla una de nosotros, es volverla el quinto Ser, así como has hecho tú Timpo y así como has creído tú Ordin. Su existir, compañeros, perderá mucho de valor si lo dedican a cuidarse de la nada porque ya sé que donde hay miedo a la nada, no hay amor haciéndonos y si no hay amor haciéndonos nos metemos en el espacio vacío de la nada.- Dijo Solidona sin hacer referencia al acto de violencia de Ordin que la había dejado marcada.
Dista estaba aturdida, no se atrevía a hablar, se preguntaba si Timpo había visto algo cuando le cambió la forma, se peguntaba si era un engaño motivado por su miedo, no sabía si de verdad había una Nada, sí sabía que creía en la honestidad de Solidona, pero no quiso hablar, tuvo miedo de Ordin y de su violencia.
Ordin también guardaba silencio, no dijo que al golpear a Solidona había sentido una rasgadura en su Ser, se preguntaba: ¿habré hecho un hueco por el que pueda entrar la Nada?, ¿cómo luchar contra la Nada sin convertirse en victima de sus hechizos?, ¿esa pasión que sentí al golpear a Solidona es una fuerza de la Nada?, ¿cómo puedo ser tan ciego y haber creído que Solidona es mi destino?, ¿y si me equivoqué en creer en Timpo?, ¿cómo puedo recorrer el camino del Ser sin volver a rasgarme? Aprenderé de Timpo, es claro que el ve cosas que los otros no ven, y con eso se tranquilizo temporalmente.
-Sacerdotisa de la Nada, aléjate de nosotros, no permitiré que vuelvas a poner en riesgo nuestro Ser. –dijo Timpo.
Solidona podía sentir el caos en el centro de todos, había tanto miedo y pesar. Simplemente giro y se alejó en búsqueda de un rincón del espacio para hacerse a sí misma en el amor.
Timpo y Ordin caminaron juntos buscando formas para que su Ser nunca se rasgara.
Dista estaba perdida en un ir y venir de ideas y sensaciones que atormentaban su soledad. Sólo una fantasía le daba paz, soñaba con dar a luz más seres, imaginaba su expansión al abrirse para dejar salir aquello que se creó en su interior. Pero no sabía cómo lograrlo ahora que no había amor que los hiciera posibles.
Por CARLOS ÁVILA PIZZUTO
(VIENE DEL 2º CUENTO DE SOLIDONA)
A diferencia de otras veces Solidona entró a tomar su catedra con una actitud tosca, como si algo le molestara. Cierra sus ojos y lanza potentes gritos de dolor. Después abre los ojos, se ve distinto pero aun molesto, toma su botella de agua y la bebe hasta la mitad. Prueba el micrófono y empieza:
Saludos, les habla el discípulo de Solidona del mismo nombre.
Cuando Timpo volvió a lado de Dista dispuesto a decirle que no es bueno para él dejar que el amor los haga desgarrarse, la encontró expandida y radiante. Dista se abría sobre el espacio y de su centro surgía un ser igual que ellos.
Sí hermanos, ese fue el primer nacimiento. No un nacimiento carnal porque no eran seres carnales pero un Ser diferente surgió del centro de Dista y ese momento es el primer momento en que un Ser no original empezó a Ser como los cuatro originales.
Solidona observaba fascinada a la distancia y se emocionaba de ver como del amar surge el ser.
Lo que Timpo y Dista sentían en aquel momento no tenia referencia en lo que llevaban de existir, no podrían llamarlo amor como llamarón a aquel encuentro, porque aunque era parecido era de un tono más sublime.
Para Timpo era su primer instante de existencia sin urgencia por ser y sin miedo por dejar de ser, era un momento valioso en sí mismo.
Dista experimentaba una amplitud que la hacía creer que ella era todo el espacio y de ella emergía todo lo demás.
Al surgir del nuevo ser, Dista pudo saber a qué se refería Solidona al decir que sentía el centro de otros en el suyo propio. Ella podía sentir el miedo y la sorpresa del nuevo Ser al llegar a la existencia.
El surgido es un bello él, idéntico en forma a Timpo. Solidona, al verlo corrió a entrelazarse con él y darle la bienvenida al espacio que volvía a ser espacio de cuatro como fue originalmente. Pero justo antes de tocarlo Timpo se interpuso entre ellos.
-No puedes tocarlo tampoco a él Solidona, no puedo permitirte que pongas en riesgo su Ser. Dista me ha devuelto lo que la nada nos había quitado. Volveremos a ser cuatro y esté, el hijo de Dista, ocupará el lugar de Ordi, lo llamaremos Ordin y yo me encargaré que nada nunca ponga en riesgo su integridad, será tan perfecto como ahora es por siempre y jamás la nada nos lo podrá quitar. Cuidaré que no cometa el error de dejarse hacer por el amor y dejarse perder por la fuerza poderosa de la nada.
-Pero padre, - dijo de pronto Ordin- nada quiero yo más que entrelazarme con Solidona y dejarme hacer por el amor, desde que surgí y aun antes, desde que habitaba el centro de Dista, mi madre, he deseado y esperado por encontrar con mi sentir al sentir de Solidona para unirme a ella y hacerme Ser en el amor, te suplico no me alejes de mi tan añorado destino.
Solidona brillaba como nunca al escuchar las palabras de Ordin y Dista sentía rabia, no quería que Timpo fuera a privar a su hijo de Ser absolutamente por su miedo a dejar de ser y habló así:
-Timpo, no permitas que tu miedo aleje a nuestro hijo del ser cómo somos. No éramos más que cuerdas y la posibilidad de dejar de ser nos ha hecho existentes, Ordin no podrá existir a menos que le permitamos hacerse en el amor y en el sentirse flotando sobre el abismo de la nada.
-Ordin, - dijo Solidona- En mi centro eres bienvenido y en tu encuentro conmigo te harás en el amor y yo me recrearé en el amor contigo y en ese crear y recrear seremos todo y seremos nada porque ser todo no significa nada si no podemos ser también sólo: nada.
-Solidona quiero saber qué es ser nada contigo-dijo Ordin- tú eres mi destino y como Dista me lo ha hecho saber, yo tengo el poder de tomar ese destino.
Cuando Ordin dijo eso Timpo se empezó a poner rojo brillante y expandió uno de sus extremos de una forma que parecían conos que captaban del espacio aquello que no es perceptible. Dista pensó que se lo estaba llevando la nada pero no fue así. La forma de Timpo se modificó de nuevo, adquiriendo volumen y vibración, se expulsaban de él imagines de desgarro, rompimientos y figuras húmedas y destructoras.
Ordin no sabía que se pudiera sentir el miedo con tanta intensidad.
Ver a Timpo así le aterró profundamente, fue como si tú siendo un bebé ves a tu padre temblar de miedo y rabia, a él, al grande, al que sabe, ese tu dios se muere de miedo y ¿en qué creer entonces? Ordín de verlo se conectó con el miedo a dejar de Ser, comprendió la posibilidad de desaparecer. Así como tú que aprendiste de la cobardía de tus ancestros a ser un cobarde.
Hermanos, Timpo transmitió su miedo a dejar de ser a Ordin que aun antes de hacerse plenamente, como los otros que se hicieron en el amor, ya estaba temiendo dejar de ser. No Ser para nunca dejar de ser… se volvió tan comprensible para Ordin como para todos ustedes.
Recuperando su compostura Timpo habló:
-He descubierto la verdad. Solidona tiene un pacto con Nada. – Ordin escuchaba aterrado- Nada y Solidona se han hecho mutuamente en el amor. Ellas han conspirado, y primero sin que Dista ni yo nos diéramos cuenta, sedujeron a Ordi para poder llevárselo al espacio oscuro de Nada. Yo pude sentir, como víctima de sus poderes, otorgados por Nada, cómo nos llevo a que Dista y yo nos deshiciéramos en el amor y se empezara a rasgar nuestro Ser. Nada nos quiere llevar y se quiere llevar cuanto antes a Ordin, que por no saber lo que es perder el Ser en la nada es una víctima más simple e inocente. ¡Contemplen a Nada! Miren como rodea a Solidona y se regocija ante la idea de llevarnos a su reino de vacio absoluto.
Hermanos, Ordin no veía a Nada porque Nada no existe, pero pensó que no la veía por falta de desarrollo y recordó el rojo, la humedad, la vibración y el volumen de Timpo e imagino que algo así, algo monstruoso sería Nada y que eso rodeaba permanentemente a Solidona.
¿Qué podía saber él?-pensaba Ordin. ¿Era un recién llegado, una víctima inocente de la seducción de Solidona que sólo quería llevarlo al vacio?
-Padre, he sido tan ciego, quiero aprender de tu sabiduría, quiero que me enseñes a ser así como tú sabes ser, quiero aprender a ser prefecto para no dejar grieta en mí por la cual pueda colarse Nada o su cómplice: ¡Tú! – Gritó señalando a Solidona- que te colaste en mi corazón y me hiciste creer que Nada podía ser algo bueno ¡Tú maltita que robaste el Ser de Ordin! ¡Tú ella perdida que creaste una rasgadura en el Ser de mis padres con tus hechizos!
Ordín avanzo veloz hacia Solidona, Timpo pensó que lo perdía, pero se calmo cuando observo que Ordin daba un latigazo en el centro de Solidona.
Hermanos, les pregunto yo El Discípulo de Solidona del mismo nombre a ustedes: ¿les parece exagerada la reacción de Ordin?, ¡revisen su propia existencia! ¡Acaso no han rechazado la vida para evitar la muerte! ¡Revisen sus propios ejemplos de traición a Solidona!
-Nada es nada y sólo sobre la nada se construye el valor de todo, el amor nos hace de la nada. Temerle a la nada es volverla una de nosotros, es volverla el quinto Ser, así como has hecho tú Timpo y así como has creído tú Ordin. Su existir, compañeros, perderá mucho de valor si lo dedican a cuidarse de la nada porque ya sé que donde hay miedo a la nada, no hay amor haciéndonos y si no hay amor haciéndonos nos metemos en el espacio vacío de la nada.- Dijo Solidona sin hacer referencia al acto de violencia de Ordin que la había dejado marcada.
Dista estaba aturdida, no se atrevía a hablar, se preguntaba si Timpo había visto algo cuando le cambió la forma, se peguntaba si era un engaño motivado por su miedo, no sabía si de verdad había una Nada, sí sabía que creía en la honestidad de Solidona, pero no quiso hablar, tuvo miedo de Ordin y de su violencia.
Ordin también guardaba silencio, no dijo que al golpear a Solidona había sentido una rasgadura en su Ser, se preguntaba: ¿habré hecho un hueco por el que pueda entrar la Nada?, ¿cómo luchar contra la Nada sin convertirse en victima de sus hechizos?, ¿esa pasión que sentí al golpear a Solidona es una fuerza de la Nada?, ¿cómo puedo ser tan ciego y haber creído que Solidona es mi destino?, ¿y si me equivoqué en creer en Timpo?, ¿cómo puedo recorrer el camino del Ser sin volver a rasgarme? Aprenderé de Timpo, es claro que el ve cosas que los otros no ven, y con eso se tranquilizo temporalmente.
-Sacerdotisa de la Nada, aléjate de nosotros, no permitiré que vuelvas a poner en riesgo nuestro Ser. –dijo Timpo.
Solidona podía sentir el caos en el centro de todos, había tanto miedo y pesar. Simplemente giro y se alejó en búsqueda de un rincón del espacio para hacerse a sí misma en el amor.
Timpo y Ordin caminaron juntos buscando formas para que su Ser nunca se rasgara.
Dista estaba perdida en un ir y venir de ideas y sensaciones que atormentaban su soledad. Sólo una fantasía le daba paz, soñaba con dar a luz más seres, imaginaba su expansión al abrirse para dejar salir aquello que se creó en su interior. Pero no sabía cómo lograrlo ahora que no había amor que los hiciera posibles.
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