EL RECHAZADO QUE VIVE EN MÍ
Por
Carlos Ávila Pizzuto
A veces siento que mi cuerpo es el lugar menos seguro para vivir.
¿Te parece raro?
La verdad no lo es tanto. Lo primero que sintió este cuerpo mío cuando estaba por nacer fue terror. No sé por qué, me dicen que mis sentimientos en ese entonces no eran mis sentimientos sino que sentía lo que mi madre sentía. Eso no podía entenderlo sólo estaba por nacer y me moría de miedo.
He leído de bebés que nacen de madres tranquilas en ambientes llenos de calor, ternura, ambiente de celebración, como en un ritual de bienvenida al recién llegado. Yo no llegué así porque lo primero que sentí al nacer fue frío, asfixia, miedo, desorientación, ruido... caos. Era un terrible miedo a caer. Así se empezaron a formar mis conexiones nerviosas, así mi primer contacto con el estar en el mundo fue el de haber sido echado en el caos.
Las cosas no fueron mejores pronto. El corazón de mi madre se sentía frío, quizá no hubiera alguien apoyándola. Me cuentan que mi padre estaba borracho, supongo que ella se sentía muy sola y asustada y yo sentía sus sentimientos, recuerda, esos sentimientos eran los míos.
"Es un gusto conocerte", "me alegra que estés con nosotros", "¡Eres bienvenido!" - Son las frases que mi cuerpo no escuchó al llegar a ese horror de entorno.
Este cuerpo mío estaba lleno de miedo... Ojalá no tuviera que vivir en él.
De alguna sobreviví... No sentí nunca mucho calor y ternura de mi familia pero cuidaron que no faltara lo básico y sobreviví. Crecí como una mente o alma pura encerrada en un cuerpo que podrías imaginar tú como un castillo viejo lleno de insectos, telarañas, corrientes frías y fantasmas.
No me gustaba la casa de mi mente, me asustaba. Así que me centré en ser mente. Eso no ayudó a volver mi casa una más habitable, por el contrario, trataba de ignorar mi casa y eso ayudaba a que se pusiera cada vez más tétrica. En la escuela, se burlaban de cómo me vestía, peinaba, movía y actuaba. Se notaba el abandono del cuerpo... Me veía diferente.
Mucho rechazo me ganó ser "raro" y mi mente huía de los tratos deshonrosos de los que era víctima mi cuerpo, esa casa abandonada recibía los golpes que mi mente evitaba.
¡Sería mejor no tener cuerpo!
Hay un cuarto secreto en el sótano de esa casa descuidada que es mi cuerpo. En ese cuarto vive mi Pathos. Es el área de la casa que más evito, ese Pathos es un monstruo, odia a mi madre por no haberme recibido con gusto, odia a mi padre por no haber estado, al mundo por ser tan frío y duro conmigo, a los alumnos de la escuela que me molestaban, a los maestros que no me protegían, a la cultura mediocre que ha creado la humanidad. Algunas veces Pathos se ha escapado y se apodera del cuerpo destrozando lo que encuentra... le tengo tanto miedo, aunque en el fondo sé que busca cuidarme y cuidar la casa...
Vivir es difícil, el mundo es peligroso y mi cuerpo lo es también, siento que mi mente es tan volátil que en cualquier momento me desintegro ante tanta hostilidad... Como si un viento fuera a llevarme y la casa que es mi cuerpo fuera soltarme y dejarme ir. En esos momentos me encierro en la casa sucia y abandonada y me agarro fuerte... Hasta ahora, aún con tanto maltrato, mi casa me sostiene...
Una vez alguien me dijo que soy mi cuerpo y tuve una triste imagen de mí siendo esa casa abandonada... Quizá algún día acepte vivir en ella, acepte vivir en mí, cuidarla, limpiarla, repararla, pero aún no; temo reparar mi casa, saberla parte de mí y que el mundo la destruya, no confío en el mundo, no confío en ti...
¿Me juzgas o me comprendes?
Para que me entiendas si tienes oídos para escuchar ¿Construirías tu casa en arenas movedizas? Si no me demuestras que este mundo es mejor que arenas movedizas dudaré en sentar mi cuerpo en él y hacer de cuerpo un hogar.
ESTE CAPITULO DE LA NOVELA ¿QUÉ ES MÁS FÁCIL? ES RELACIONADA AL CARÁCTER ESQUIZOIDE
Por
Carlos Ávila Pizzuto
A veces siento que mi cuerpo es el lugar menos seguro para vivir.
¿Te parece raro?
La verdad no lo es tanto. Lo primero que sintió este cuerpo mío cuando estaba por nacer fue terror. No sé por qué, me dicen que mis sentimientos en ese entonces no eran mis sentimientos sino que sentía lo que mi madre sentía. Eso no podía entenderlo sólo estaba por nacer y me moría de miedo.
He leído de bebés que nacen de madres tranquilas en ambientes llenos de calor, ternura, ambiente de celebración, como en un ritual de bienvenida al recién llegado. Yo no llegué así porque lo primero que sentí al nacer fue frío, asfixia, miedo, desorientación, ruido... caos. Era un terrible miedo a caer. Así se empezaron a formar mis conexiones nerviosas, así mi primer contacto con el estar en el mundo fue el de haber sido echado en el caos.
Las cosas no fueron mejores pronto. El corazón de mi madre se sentía frío, quizá no hubiera alguien apoyándola. Me cuentan que mi padre estaba borracho, supongo que ella se sentía muy sola y asustada y yo sentía sus sentimientos, recuerda, esos sentimientos eran los míos.
"Es un gusto conocerte", "me alegra que estés con nosotros", "¡Eres bienvenido!" - Son las frases que mi cuerpo no escuchó al llegar a ese horror de entorno.
Este cuerpo mío estaba lleno de miedo... Ojalá no tuviera que vivir en él.
De alguna sobreviví... No sentí nunca mucho calor y ternura de mi familia pero cuidaron que no faltara lo básico y sobreviví. Crecí como una mente o alma pura encerrada en un cuerpo que podrías imaginar tú como un castillo viejo lleno de insectos, telarañas, corrientes frías y fantasmas.
No me gustaba la casa de mi mente, me asustaba. Así que me centré en ser mente. Eso no ayudó a volver mi casa una más habitable, por el contrario, trataba de ignorar mi casa y eso ayudaba a que se pusiera cada vez más tétrica. En la escuela, se burlaban de cómo me vestía, peinaba, movía y actuaba. Se notaba el abandono del cuerpo... Me veía diferente.
Mucho rechazo me ganó ser "raro" y mi mente huía de los tratos deshonrosos de los que era víctima mi cuerpo, esa casa abandonada recibía los golpes que mi mente evitaba.
¡Sería mejor no tener cuerpo!
Hay un cuarto secreto en el sótano de esa casa descuidada que es mi cuerpo. En ese cuarto vive mi Pathos. Es el área de la casa que más evito, ese Pathos es un monstruo, odia a mi madre por no haberme recibido con gusto, odia a mi padre por no haber estado, al mundo por ser tan frío y duro conmigo, a los alumnos de la escuela que me molestaban, a los maestros que no me protegían, a la cultura mediocre que ha creado la humanidad. Algunas veces Pathos se ha escapado y se apodera del cuerpo destrozando lo que encuentra... le tengo tanto miedo, aunque en el fondo sé que busca cuidarme y cuidar la casa...
Vivir es difícil, el mundo es peligroso y mi cuerpo lo es también, siento que mi mente es tan volátil que en cualquier momento me desintegro ante tanta hostilidad... Como si un viento fuera a llevarme y la casa que es mi cuerpo fuera soltarme y dejarme ir. En esos momentos me encierro en la casa sucia y abandonada y me agarro fuerte... Hasta ahora, aún con tanto maltrato, mi casa me sostiene...
Una vez alguien me dijo que soy mi cuerpo y tuve una triste imagen de mí siendo esa casa abandonada... Quizá algún día acepte vivir en ella, acepte vivir en mí, cuidarla, limpiarla, repararla, pero aún no; temo reparar mi casa, saberla parte de mí y que el mundo la destruya, no confío en el mundo, no confío en ti...
¿Me juzgas o me comprendes?
Para que me entiendas si tienes oídos para escuchar ¿Construirías tu casa en arenas movedizas? Si no me demuestras que este mundo es mejor que arenas movedizas dudaré en sentar mi cuerpo en él y hacer de cuerpo un hogar.
ESTE CAPITULO DE LA NOVELA ¿QUÉ ES MÁS FÁCIL? ES RELACIONADA AL CARÁCTER ESQUIZOIDE
Comentarios