En 1910 un gran grupo de personas se hartaron de vivir en bajo un gobierno que se creía dueño del país, de la verdad, de la economía y de la vida de sus habitantes. Muchos pelearon y muchos murieron.
En el 2017 muchos estamos hartos de vivir bajo un modelo de gobierno de país que se preocupa por el crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) y no por el desarrollo humano. Un país donde quienes ejercen el gobierno se centran en su propio beneficio y en el beneficio de aquellos que hacen crecer el PIB aumentando sus ganancias y que no se ocupa del cómo se logran esas ganancias y de quienes son explotados para lograr esas ganancias.
El PIB crece sobre los hombros de personas que trabajan mucho y siguen pobres.
El PIB crece tolerando profundos daños al medio ambiente.
El PIB crece estafando a consumidores con productos diseñados para fallar.
El PIB parece que es un dios que demanda muchos sacrificios humanos. El PIB tiene una religión, se llama Neoliberalismo y tiene sus sacerdotes, se llaman banqueros y políticos. Esa religión usa la mercadotecnia y el discurso engañoso como opio.
Esa religión y ese dios dependen de la ignorancia de las personas por lo que no busca educar, sino adoctrinar.
Una nueva revolución no puede ser armada, las armas son recursos preciosos para el PIB, debe ser una revolución educativa.
Es triste para mí saber que muchas personas jóvenes buscan estudiar para pasar y para tener diplomas que les permitan acceder a los niveles de sacerdocio en el Neoliberalismo y no para saber, no para pensar, no para crear, no para inventar.No es su culpa, el opio es fuerte.
Sé que no son todos, las personas revolucionarias existen, de todo sexo y edad y las quiero mucho.
Gracias por su revolución de la paz.
En el 2017 muchos estamos hartos de vivir bajo un modelo de gobierno de país que se preocupa por el crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) y no por el desarrollo humano. Un país donde quienes ejercen el gobierno se centran en su propio beneficio y en el beneficio de aquellos que hacen crecer el PIB aumentando sus ganancias y que no se ocupa del cómo se logran esas ganancias y de quienes son explotados para lograr esas ganancias.
El PIB crece sobre los hombros de personas que trabajan mucho y siguen pobres.
El PIB crece tolerando profundos daños al medio ambiente.
El PIB crece estafando a consumidores con productos diseñados para fallar.
El PIB parece que es un dios que demanda muchos sacrificios humanos. El PIB tiene una religión, se llama Neoliberalismo y tiene sus sacerdotes, se llaman banqueros y políticos. Esa religión usa la mercadotecnia y el discurso engañoso como opio.
Esa religión y ese dios dependen de la ignorancia de las personas por lo que no busca educar, sino adoctrinar.
Una nueva revolución no puede ser armada, las armas son recursos preciosos para el PIB, debe ser una revolución educativa.
Es triste para mí saber que muchas personas jóvenes buscan estudiar para pasar y para tener diplomas que les permitan acceder a los niveles de sacerdocio en el Neoliberalismo y no para saber, no para pensar, no para crear, no para inventar.No es su culpa, el opio es fuerte.
Sé que no son todos, las personas revolucionarias existen, de todo sexo y edad y las quiero mucho.
Gracias por su revolución de la paz.
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