EL ENTREGADO
- Carlos Ávila Pizzuto
Quieres saberlo todo y eres un insignificante loco
Quieres construirlo todo y eres tan pequeño e inútil
Tu mediocridad nace de tu común anhelo de grandeza
Le ruegas al universo que te haga su sacerdote
Decretas por dinero, triste y solitario poder personal
¡Suelta loco!¡Entrégate loco!¡Renuncia loco!
Él era un loco casi común, él era un loco como tú y yo
Y en plena consciencia de su mediocridad se volteó
Se tapó la boca y frenó sus extremidades
El loco se entregó a la incertidumbre y a su no saber
Renunció a su anhelo de común grandeza
Se dejó caer a la sombra de ficus por días y noches
La noche es ahora más oscura pero la fe es ahora más grande
Miel escurre sobre su sereno rostro, la luz de su corazón brilla
El loco renuncia a su ignorante voluntad y susurra desde el alma
¡Me entrego a ti, gran océano! ¡Que llueva esta gota sobre tu mar!
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