No te equivocas, no es tu locura, así fue.
No siempre te vi, estaba demasiado ocupado en ver mis faltas.
No siempre te reconocí, estaba tratando de entenderme.
No siempre te respete, estaba llorando por el respeto que no recibí.
No siempre te amé, estaba ansioso esperando que me amaras.
No te equivocas, no es tu locura, así fue.
Te grité, eran para mí mis palabras más valiosas que tu integridad.
Te golpeé, era para mí mi frustración más valiosa que tu cuerpo.
Te traté de detener, era mi miedo al cambio más importante que tu libertad.
Sí, lo lamento.
No pido perdón porque no puedo restaurar el daño.
Te pido otra cosa.
Acompáñame con tu verdad.
¿O me equivoco?, ¿estoy loco?, ¿no fue así?
No siempre me viste, estabas viendo tus propias faltas.
No siempre me reconociste, estabas tratando de entenderte.
No siempre me respetaste, estabas llorando por el respeto que no recibías.
No siempre me amaste, vivías en al ansia de recibir amor.
¿Me equivoco?, ¿estoy loco?, ¿no fue así?
Me gritaste, eran para ti tus palabras más valiosas que mi integridad.
Me golpeaste, era para ti tu frustración más valiosa que mi cuerpo.
Me trataste de detener, era tu miedo más valioso que mi libertad.
No soy más que lo que estoy siendo, no eres más que lo que estás siendo.
Así, siendo como somos ¿Me acompañas?
CARLOS ÁVILA PIZZUTO
Derechos de Autor Registrados en México
#HablandoPaz
Facebook.com/CentroRe
No siempre te vi, estaba demasiado ocupado en ver mis faltas.
No siempre te reconocí, estaba tratando de entenderme.
No siempre te respete, estaba llorando por el respeto que no recibí.
No siempre te amé, estaba ansioso esperando que me amaras.
No te equivocas, no es tu locura, así fue.
Te grité, eran para mí mis palabras más valiosas que tu integridad.
Te golpeé, era para mí mi frustración más valiosa que tu cuerpo.
Te traté de detener, era mi miedo al cambio más importante que tu libertad.
Sí, lo lamento.
No pido perdón porque no puedo restaurar el daño.
Te pido otra cosa.
Acompáñame con tu verdad.
¿O me equivoco?, ¿estoy loco?, ¿no fue así?
No siempre me viste, estabas viendo tus propias faltas.
No siempre me reconociste, estabas tratando de entenderte.
No siempre me respetaste, estabas llorando por el respeto que no recibías.
No siempre me amaste, vivías en al ansia de recibir amor.
¿Me equivoco?, ¿estoy loco?, ¿no fue así?
Me gritaste, eran para ti tus palabras más valiosas que mi integridad.
Me golpeaste, era para ti tu frustración más valiosa que mi cuerpo.
Me trataste de detener, era tu miedo más valioso que mi libertad.
No soy más que lo que estoy siendo, no eres más que lo que estás siendo.
Así, siendo como somos ¿Me acompañas?
CARLOS ÁVILA PIZZUTO
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