-Edgar - dice al fin Rubén - No es fácil lo que estoy viviendo, sé que es lo mejor y lo que haré es terminar mi relación con Francia pero, y esto es lo gacho, lo haré sabiendo que ella me ama... deseo tanto que... ¡Como deseo que ella entienda! Llevo tanto tiempo viniendo aquí, como para darme cuenta que el amor de otros es algo que se atesora no algo que se tira, sé que sufrirá, sé que llorará, sé que me odiará y sé que me lo voy a merecer porque sí "le he dado alas", como ella bien dice, pero también la amé y de alguna forma, aun la amo. La verdad, has de saberlo Edgar, sólo terminaré con ella porque sé que Martha y mi hijo saben de esta relación y pues mi compromiso es con mi familia es anterior.
Como decía un maestro en la escuela, primero la obligación y después la devoción... ¿No?
Edgar está escuchando a su paciente y muchas ideas le dan vuelta por la mente, pero, como sabe hacerlo, desde su ética y lo que cree mejor para su consultante, ha decidido guardárselas. Está claro que Rubén ha tomado una decisión y la esta tomando siendo consciente del costo que tiene tomarla. Algo que Edgar ha tratado de comunicarle siempre a sus pacientes es que no se puede decir un sí que no traiga consigo un no. Decirle sí a Martha y su matrimonio es decirle que no al bienestar de Francia y al deseo de Rubén de ser recordado por su amante como el hombre de su vida.
-Rubén, de verdad respeto mucho tu decisión, sé que ha sido duro llegar a ella, hemos hablado tanto sobre tu bella relación con Francia y de las dificultades que has tenido para estar bien con Martha, lo cual me hace valorar mucho que decidas lo que has decidido. Creo que es una culminación de una lucha que has tenido por años, que ha resultado a menudo tormentosa.
-No es una culminación, me esperan tiempos difíciles aun Edgar, ya sabes, me falta hablar con Francia, terapia de pareja con Martha, mi hijo que sabe lo de Francia... hay mucho que restaurar, quizá lo pierda todo...- Rubén empieza a llorar.
Edgar sabe lo que es le temor de perder todo y se conmueve con Rubén, lo abraza, lo despide y le agenda su próxima cita. Vuelve a su silla, da un trago a su café, espera unos minutos respirando como intentando abrir un espacio entre Rubén y Marcela, su próxima cita.
Marcela llega ansiosa, más que de costumbre, tira cosas de su bolso al sentarse y le cuesta trabajo acomodarse en la silla. Edgar la espera sin presionar y observa esa inquietud. Ella se queda viendo a los ojos a Edgar, su respiración se normaliza y en ese momento empieza a llorar intensamente. Edgar se levanta de su silla y se coloca atrás de ella y coloca su mano en el hombro de la mujer que se deshace en sollozos.
-¿Puedes poner en palabras eso que están expresando tus lágrimas Marcela?
- ¡Tiene una amante, ya no es sospecha Edgar, ya no es imaginación sin fundamento! Ya no... ¡Tiene una amante! Esa es la verdad... ¡Siento tanta rabia!¡Siento tanto miedo! ¿Debo dejarlo verdad? ¡Debo tener más dignidad y no permitir que me hagan algo así! ¡Tengo tanto miedo! ¡No quiero perderlo Edgar! Ha sido tan bueno para mí tener este hombre, ha sido tan generoso, tan amoroso, tan buen amigo ¿Por qué tiene una pinche amante? No es justo, no, yo no me lo merezco. He podido ser infiel tantas veces, no me han faltado oportunidades y ¡No lo hice! Ese era el pacto, no hacerlo, que yo fuera la última, la única... Edgar, tengo tanto miedo... creo que mi hija Mónica ya sabía, esta siendo muy mala con él, no quiero que mi familia se rompa, quiero que todo sea como antes, quiero volver a estar en paz, quiero que sea como antes...
-Marce, te escucho y siento mucho dolor en mi corazón al oírte. -Edgar cree fielmente en transparentar lo que surge en la relación aquí y ahora con su cliente, supone que le ayuda a establecer un vinculo interpersonal más que un vinculo comercial, sabe que eso es más productivo para el paciente que puede usar ese vinculo como un micro-mundo donde puede explorar maneras distintas de relacionarse. - Dices que el descubrir que Mario tiene una amante te coloca en una encrucijada, entre quedarte para tratar de recuperar una relación que ha sido buena para ti en muchos momentos o dejarlo para hacer una afirmación de tu dignidad. Por otro lado te mueres de miedo de perder el mundo que te ha dado soporte, tu familia, que ya esta resintiendo el hecho del que Mario este sosteniendo un romance y todo eso te parece tan injusto ¿Te voy entendiendo Marce?
Edgar piensa en Rubén, en Francia, en su vida personal cuando escucha a Marce. Las relaciones son tan difíciles cuando se supone que sean como deben ser, en vez de cuando se entiende que son como son, que son como pueden ser ¿Pero quién acepta los cosas como son? Luchamos por no envejecer, por conservar, por sostener un mundo en permanente estado de transformación ¿Estamos todos locos?
-Yo sé que me entiendes Edgar pero ¿Crees que me deje? ¿Crees que podamos salvarnos? ¿Podrá Mónica sobreponerse a esto que esta pasando en nuestra familia? - Marce pregunta sin esperar respuesta, son preguntas al destino, son expresiones de deseos, sabe que Edgar no podrá contestarlas.
La tercera cita llegó tarde, Edgar agradeció el tiempo para poder hacer más café, revisar su facebook, mandarle un texto a su esposa y un texto a su amante, le da miedo dar más a una que a otra, teme perderles, no sabe como vivir sin amor.
-Hola Edgar, mi vida ahora sí que está de la mismísima verga. Ya ni te cuento de Paola, ni me habla, ni le hablo, anda rarísima y yo ando rarísimo con ella, estamos igual de locos, debería de venir aquí también... Pero la verdad no quiero hablarte de esto, ando bien sacado de pedo porque andaba de metiche en la lap de mi jefe, de mi papá, ya sé que luego te confundes y piensas que que mi jefe es mi patrón pero no, estaba en la compu de mi papá y tenia su face abierto y pues fíjate que el cabrón anda con otra vieja.-Beto habla rápido y con una pose poco prolija y desapegada, como si todo fuera casual y poco significativo, pero al decir, otra vieja, se le quebró la voz y se le enrojecieron los ojos.
-Beto te dolió enterarte ¿verdad? Veo tus ojos rojos... -En la escuela de psicología le enseñaron a Edgar que los hijos no deben meterse en las relaciones de sus padres, que ese límite debe ser firme y que como terapeuta debería decir algo como: "La relación de tus padres es un asunto de ellos". Pero Edgar sabe que la vida no es como lo enseñan en la escuela, la relación de los padres es un asunto que sí es de interés de los hijos, no lo va a saber él, que vivió el divorcio de sus padres a los 15 años como uno de los momentos más dolorosos de su vida.
-Sí, y no entiendo por qué, no es mi relación y me duele más que lo de Paola, no entiendo por qué...
-Tu jefe ha dejado de ser alguien impecable y confiable y tu familia ya no es un peñón sólido...
-¿Peñón?
-Una roca sólida, se está volviendo frágil y da miedo.- Beto asiente.- No es fácil reconocer la fragilidad de la felicidad...
Edgar siente que esa palabras se las dijo a sí mismo, su familia de origen se rompió y ahora está haciendo cosas que pueden llevar a que su familia actual se rompa, o ¿Está haciendo cosas para no sentir la angustia de que su mundo se este volviendo frágil nuevamente? Ha sido un día dificil y aun falta Vane en consulta y después a malabarear el tiempo, el celular, las mentiras para no quedar mal con nadie.
-Honestamente Edgar, ¿Te has puesto a pensar quién piensa en las amantes? Si un hombre casado va al sacerdote y confiesa su infidelidad, el sacerdote recomienda que deje a la amante y vuelva al camino de la familia, los psicólogos hacen los mismo, los amigos también, las mujeres se unen para maltratar a las amantes... Son las malas de la historia por amar y el amor de la amante, a veces, es más grande que el de nadie más, a veces, amamos sin esperar tanto, a veces, claro que te gana "la gana", el deseo de que el cabrón sea todo tuyo y poder compartir navidades y eso, pero por lo general es que es un amor que nada espera. Bueno, lo sé, ya hemos hablado de este miedo mio a que me hagan lo que yo hago, que prefiero ser la otra que ser la cornuda, pero de verdad lo amo Edgar, de verdad lo amo. Lo amo hasta el punto de no desearle mal a su esposa y a su hijo porque sé que si ellos están mal mi hombre está mal. Lo que realmente quiero y no hay día que no tema, es que ella nos descubra y que él tenga que preguntarle al cura, al psicólogo, al amigo y lo convenzan de que yo no importo, de que soy un jodido vehículo de Satán...
-Vane, te pido que me ayudes, y si notas que me vuelvo alguien que te ningunea o te maltrata por amar, dímelo, quiero aprender a no ser así.
-Órale, pensé que me ibas a lanzar una roca...
-No Vane, estoy muy lejos de estar libre de pecado.
Carlos Ávila Pizzuto
#CentroRe
#HablandoPaz
facebook.com/CentroRe
Sí disfrutaste este texto te invito a compartirlo con tus contactos
Comentarios