PSICOTERAPIA
EXISTENCIAL EN TRASTORNO DE LA ALIMENTACIÓN
Lic. Psic. Carlos Ávila Pizzuto
INTRODUCCIÓN
En este documento trataré de compartir una visión existencial y no médica del proceso de tratamiento de
personas que sufren por trastornos en su
conducta al comer o con su imagen corporal. Se dará un marco teórico y
epistemológico de los trastornos
alimenticios y de las distorsiones
de la imagen corporal y del tratamiento con aproximación existencial. Se consideran temas como la pérdida de la sensación de certeza, sentido
de vida, el miedo a ser solo, la
dificultad para ser-en-relación-con,
el valor de la vida, la conciencia de muerte
y el modo de establecer una relación de
ayuda. Se definirá la intención de un trabajo desde esta aproximación y se
explorarán algunos casos.
INTENCIÓN
La aproximación existencial de la
psicoterapia intenta establecer una relación interpersonal transparente y
abierta entre el psicoterapeuta y la clienta para que la última pueda estar
presente y libre para expresar su perspectiva de la experiencia en la vida.
Esta presencia en el aquí y ahora de la relación, puede crear las condiciones
para que emerja un micro-mundo donde es
legitima su visión del mundo y donde pueda estar suficientemente segura para considerar,
en la conversación con su psicoterapeuta, una co-responsabilidad sobre su
estado y un reconocimiento digno de su libertad para construir su vida tal cual
es en su relación con otros. Es decir,
que pueda asumirse libre para elegir seguir su proceso de maltrato corporal con
los beneficios que esto le brinda o intentar una vida distinta con los riesgos
y beneficios que esto le implique. En la relación co-construida entre el
clienta y el psicoterapeuta se espera poder explorar con seguridad temas como
miedo a la muerte y sus estrategias para controlarlo, miedo al envejecimiento o
maduración, a la soledad, a la libertad
y a la responsabilidad. Se espera también poder conversar sobre eventos que han
puesto en riesgo la visión del mundo del cliente que le hayan hecho considerar
intencionar el atentar contra su cuerpo o su imagen como una manera de
recuperar la certidumbre y dominio sobre las condiciones de su existencia.
-Relacionalidad. El individuo es
único e irrepetible y es alguien que emerge de un sin número de interrelaciones
entre de ella o de él con otros, que están en relación con otros y que están en
relación con todo un cinturón de vida que rodea el planeta. Las posibles
interacciones que se darían en ese entorno de relacionalidad son incalculables
y vuelve al individuo incapaz de poder calcular una teórica “mejor manera de
vivir”. (Spinelli, 2013)
-Continuidad. El individuo que
emerge de esa relacionalidad puede tratar de entender su entorno y sus reglas
sobre como relacionarse con su propia identidad, con los otros y con el mundo
pero la continuidad de los vínculos en el cinturón de vida van poniendo presión
sobre la identidad del individuo, sobre los otros y sobre el mundo. Es
imposible permanecer inafectado y estable en la fluidez del tiempo y sus
interacciones. (Spinelli, 2013) (Ávila-Pizzuto, Violencia-Paz-Violencia-Paz y De
Regreso, 2013)
-La Perspectiva de Experiencia Co-Construida.
Edmund Husserl proponía en su planteamiento fenomenológico del estudio
científico, que no podemos separara definitivamente el objeto observado del
observador. Transferimos significados para hacer una interpretación de lo
observado, para hacer automáticamente una
generalización, como en vez de ver a “está persona experimentando estás
relaciones con la comida y la imagen” ver que ella “es como todas las
anoréxicas”. Podemos perdernos de ver a este sujeto por ver una interpretación
del sujeto. Hace falta que podamos ver los árboles sin perder de vista el
bosque y viceversa. Husserl trató de resolver esto mediante la técnica de
“epoché” donde se trata de diferenciar el Noema de la Noesis es decir el objeto,
del significado que se le transfiere. Sin embargo la fenomenología existencial
de Heidegger complementa diciendo que la diferenciación es sólo una intención
pero nunca algo que podamos alcanzar definitivamente. Sólo podemos tener una
perspectiva del mundo co-construida por el Dasein (el ser siendo-el-ahí) y el
objeto con que se está haciendo en relación. Ni el objeto observado está libre
de la interpretación ni el sujeto es un ser aislado, es un ser-en-relación-con.
Así podemos decir que la cliente no es “una anoréxica” sino un individuo único
en relación con sus condiciones, que tiene una perspectiva del mundo y que el
psicoterapeuta buscará una relación con ese ser único que intenciones que tomó libre desde su
perspectiva del mundo, mientras es consciente de sus significados transferidos
que le incapacitan a tener la visión verdadera de la experiencia, sino sólo una
perspectiva co-construida
siendo-en-relación-con su clienta.
(Martinez,
2008)
(Jiménez, 2013) (Edmund, 2000) (Heindegger,
2000)
-Legitimidad de la perspectiva
subjetiva. En el
pensamiento existencialista, tal y como será entendido aquí, se da legitimidad
a la experiencia subjetiva, reconociendo los valores y procesos personales como
procesos que no pueden ser entendidos como comparables a los de otros sujetos o
a generaciones anteriores como lo explicó Kierkegaard: “…nadie puede
afirmar: ‘la generación anterior llegó a tal nivel de amor y a nosotros nos
corresponde llegar un paso más allá’.” (Martínez, 2008) Esto nos
limita de poder generalizar estados de bienestar como universales y nos obliga
a validar una experiencia de insatisfacción del paciente sin escondernos en
frases tales como: “No es el paciente el que habla sino su trastorno”. Si el
paciente vive un sin-sentido, un vacío o pensamiento nihilista en un momento de
su vida, eso que experimenta, deberá ser entendido como lo que él o ella está
siendo, aun cuando en otro momento sea distinto. (Ávila-Pizzuto,
http://centrorecarlosavilap.blogspot.com/, 2012)
-Libertad y responsabilidad. La
esencia es entendida como lo que ha construido el sujeto con sus decisiones
libres y no como lo que determina su destino. Los actos del sujeto definen al sujeto. Implicando que somos libres para
vivir de acuerdo a nuestra valoración subjetiva de las cosas y responsables de
la calidad de vida que tenemos. (Yalom,
1980)
Los parámetros de conciencia de esa libertad, los determina nuestro
ser-en-relación-con-otro. No podemos ser más que en relación, y es en esas
relaciones en las que se conforma mi ser. El Dasein se
experimenta y se co-crea en relación, planteaba Heidegger. Heidegger planteó la
posibilidad de disolver la distancia entre el aspecto óntico (sustantivo) y
ontológico (proceso) con la idea de la temporalidad, somos en relación con el
tiempo y no somos estables a través del tiempo como creyeran los defensores del
programa metafísico. (Martínez, 2008). Ante la ausencia de lo absolutos del
programa metafísico las afirmaciones categóricas como: “La vida es
valiosa en sí misma y querer dejar de vivir es una patología…” dejan de ser
validas en sí y dejan su lugar a frases como la de Albert Camus: “Juzgar que
la vida vale la pena o no vale la pena de que se le viva es responder a la
pregunta fundamental de la filosofía”. (Martínez, 2008) (Ávila-Pizzuto,
http://centrorecarlosavilap.blogspot.com/, 2012)
-Relación YO-TÚ. El poder que da ser poseedor de la veracidad
absoluta se pierde desde este planteamiento en un modo de relación YO-TÚ a
decir de Buber, donde, como agente de ayuda, me constituyo en relación con el
otro, como un TÚ (humano-en-relación-con-el-mundo-y-conmigo) y no como un ELLO
(enfermo, depresivo, paciente, etc.). (Ávila-Pizzuto, http://centrorecarlosavilap.blogspot.com/, 2012)
-Condiciones límite de la existencia. En el pensamiento existencial se
acepta y se reflexiona sobre la finitud como condición de la existencia y
dónde, por lo tanto, no se puede salvar una vida si esto se entiende cómo
evitar la muerte, sino que la única forma de salvar una vida es ayudando a que se
viva intensamente (Yalom, 1980). Para Nietzsche la única forma de vivir
intensamente es teniendo el coraje de liberarse de la obediencia al deber ser
exterior, el ser humano obediente y sumiso no tiene en realidad para qué vivir.
(Martínez, 2008) La existencia puede no tener significado metafísico, puede ser
un absurdo como decía Camus pero, cuando se toma como una posibilidad de
brillar, puede ser el más maravilloso de los privilegios que da el universo y
puede tener un valor de enrome trascendencia. No podemos ver el “quitar el
desorden” como la meta final sino el facilitar que la clienta elija su
intención de dañarse con dignidad y no cómo víctima (Spinelli, 2013)
o que elija explorar una vida más plena con los riesgos que le implique
no apoyarse en el trastorno. (Ávila-Pizzuto, http://centrorecarlosavilap.blogspot.com/, 2012) Comprendo que causa
sorpresa que se considera la elección de seguir con el trastorno con dignidad
como una aceptable, pero debemos tener en mente que ese trastorno surgió para
lidiar con una situación vital muy intensa y que no podemos garantizar, como
psicoterapeutas una situación vital tan intensa en sentido inverso, no es seguro
que podamos dar una situación de seguridad, confianza, ternura y esperanza, que
sean tan fuerte como para exigirle
renunciar a su muleta. Esto no implica que el psicoterapeuta no hago lo pueda
por crear esa experiencia alternativa sin exigir soltar el salvavidas emocional
cuando aún se está lejos de la costa. (Ávila-Pizzuto, Del Carácter a las Posibilidades Orientación
Existencialista, 2012) (Yalom,
1980)
ANTECEDENTES TEORICOS A LOS
TRASTORNOS DE LAS CONUDUCTA ALIMENTARIA
La aproximación cognitiva a
los trastornos de alimentación, basada en la idea de que la percepción e
interpretación de los eventos y no los
eventos determinan el comportamiento (Wilson & Blackhurst, 2002) , busca modificar la
interpretación de la información que entra en la persona para que pueda
modificarse su respuesta a los eventos externos. El trabajo cognitivo se centra
en reconocer una extrema preocupación por la forma y el peso como núcleo de las
perturbaciones y las restricciones, compensaciones, atracones y los temas
relativos a la dieta se consideran secundarios a dicha preocupación. (Wilson & Blackhurst, 2002) Esta aproximación se
basa en una terapia prediseñada en
manuales, como el manual Fairburn o el de Gardner, que guían al terapeuta a que
pueda confrontar y modificar las
cogniciones distorsionadas de las clientas que las llevan a darle excesivo
poder a la forma y el peso. La
estrategia es confrontar los valores culturales que dan ese valor a la imagen.
Un planteamiento feminista se
fundamenta en la idea de que la anorexia y la bulimia y otros trastornos de la
conducta alimentaria y la imagen corporal son síntomas de una sociedad con
valores patriarcales que exigen a la mujer un comportamiento de control
excesivo y de sometimiento a una función utilitaria. Es decir la mujer debe
ganar su valor volviéndose útil y la cultura no le da un valor de dignidad humana.
(Wilson & Blackhurst, 2002) (Withe, 2002)
El tratamiento propuesto por
estas formas de pensamiento se suele basar en una intervención
multidisciplinaria que incluya médicos que ayuden a mantener la salud física
básica; educación nutricional; terapia cognitiva conductual que busca modificar
las precepciones e interpretaciones que le dan un valor excesivo a la imagen;
terapia familiar sistémica que buscar relaciones familiares funcionales para
que el síntoma expresado en la paciente identificada se vuelva menos necesario;
atención psiquiátrica ya que hay una relación entre desordenes de la
alimentación y la imagen con depresión, trastorno limítrofe de la personalidad,
ideación suicida y adicciones. Esto puede ser en internamiento o ambulatorio
dependiendo de los recursos del paciente y la gravedad del trastorno. (Ávila & Gómez, 2012)
En psicoterapia Gestalt el Dr.
Paolo Baiocchi (Baiocchi, 2004) hace una relación entre los trastornos
de la alimentación y las adicciones y describe a ambos como problemas complejos
o de múltiples niveles de comprensión.
Explica que un problema en la vida de la paciente da origen a una
búsqueda de evitación del dolor, el paciente descubre que el placer es un
anestésico. En los trastornos de la alimentación, el poder controlar la ingesta
de alimentos, las conductas compensatorias como vomitar o hacer ejercicio y el
atracón son formas de generar placer que atenúa el dolor por un problema que la
cliente no sabe cómo resolver. El acto que da placer acarrea consecuencias
indeseables originadas en el exceso y esto detona una lucha del ego por
controlar el exceso. Muchas veces las terapias se centran en apoyar la lucha
del ego, pero casi nunca en atender el dolor del problema original.
Desde la visión existencial, fuimos echados al mundo y esa experiencia nos
confronta con enormes dudas sobre cómo vivir. Buscamos en muchas formas
encontrar certezas para podernos sentir seguros, acompañados y quizá para
evitar la muerte que nos resulta una amenaza brutal. A decir de Heidegger, nos
sentimos en casa cuando habitamos el
mundo como si fuera algo estable, constante y transparente, a eso le llama modo
óntico, pero nadie está
verdaderamente despierto en el modo óntico. Los eventos inesperados que
surgen de la presión que hace la continuidad,
crean quiebres y por momentos perdemos la sensación de estar en casa, nos percatamos de lo
vulnerables que estamos ante la relacionalidad
y pasamos de dar la existencia por un hecho que merecemos, a una angustia de
notar que bien podríamos no existir, o dejar de existir o perder la condiciones
actuales de la existencia. El modo ontológico
es la manera de vivir despierto y o bien, maravillado por el hecho, tan
improbable, de existir o aterrado ante la vulnerabilidad en la que me
encuentro. (Yalom,
1980)
Lo que Baiocchi (Baiocchi, 2004) denomina el problema original en el desarrollo de los desordenes complejos como
los de alimentación y adicciones puede ser un evento de despertar
al descubrimiento de una vulnerabilidad que antes no se tenía presente. Hago
algunas referencias a personas con las que he hablado:
“Yo no tenía ni idea de cómo podía ser el mundo hasta que ese hombre
empezó a visitarme en mi cama en las noches cuando su esposa no estaba, ya no
tiene sentido ese mundo falso del que hablan las monjas de la escuela dónde
cada quien puede evitar el embarazo siendo virgen. Ellas no saben cómo puede
ser el mundo y aquellas amigas que creen esos discursos me parecen ingenuas,
simplemente no han tenido que vivir lo que yo viví”. A. de 15 años
(Se restringía y pensaba obsesivamente en el peso y la dieta, ahora no está así)
“Yo era lo que mi padre esperaba de mí, buena estudiante y una chica decente
pero cuando mis compañeros del colegio se aprovecharon de mí, el día de mi graduación,
yo no sabía como volver a ser la chica
que él esperaba”. B de 17 años (Diagnosticada con anorexia)
“Yo no
tendría que estar viviendo esta vida si mi madre no hubiera muerto, podría
seguir siendo una niña y no tener que lidiar con todos estos problemas.”
C. de 17 años. (Diagnosticada con anorexia
y bulimia)
“Yo noté
que sí yo era buena y me encargaba de que todo estuviera en paz la armonía en
la casa se podría mantener, porque me parecía que los demás, mis padres y
hermanos eran capaces de arruinar la unidad de la familia y no me imagino vivir
en un mundo donde mi familia este destruida,” D. de 40 años
(Come compulsivamente)
“Es
insoportable para mí que el mundo pueda ser tan injusto. Yo he sido muy esforzada y luchona, soy muy creativa, en mi trabajo soy la más
comprometida con la misión y las otras personas me sabotean, me envidian, y
logran beneficios siendo aduladoras y yo trabajando bien, sólo recibo maltrato.
Además mi chavo, a quien yo le entregué mi esperanza y mi futuro simplemente me
dejó que “porque no soy tan divertida” para andar como otras. Sus amigos le
dicen que soy muy demandante y así, me dejó, no dejo de pensar en él.” E.
30 años (Ha iniciado con vómito después de comer)
Yo sostengo que esas conductas
son intentos de restaurar la certeza. Ellas creen que no está bien que la continuidad del mundo y de las
relaciones de otros atenten contra su sensación de estar seguras en el mundo.
Si existencia óntica se ha
quebrantado y el mundo las ha sacado de casa y quieren volver.
A, reconoce que temía el impacto que tiene su
sexualidad en los hombres y para no volver a sentir la culpa de haber “provocado” esa infidelidad desarrollo
conversaciones imaginarias con un otro exigente que daba un doble mensaje: “se
bella”, “no seas seductora”. Sobre simplificando, diría que por un lado buscaba ajustarse al ideal social
de mujer pero también detener su desarrollo sexual para volver a un mundo más
simple donde los hombres no la volvían objeto sexual.
Para B, el tema es muy
similar pero ella dice que esas conversaciones imaginarias eran con una amiga,
compañera, aliada que la ayudaba a detener su desarrollo sexual para seguir
siendo la niña que ama su padre. El mensaje contradictorio que da el padre es
que además de ser célibe y controlada en sus deseos sexuales y vencer la
anorexia, debe tener un cuerpo de mujer desarrollado y atractivo. Ella no sabe
cómo lidiar su ser-en-relación-con-su-padre, también quiere recuperar un mundo
más simple, más seguro, quiere volver a casa.
C, expresa más
ansiedad que todas las demás. Quizá para ella es más obvio que al haber entrado
en un modo ontológico lo que surge
como posibilidad es la finitud. La
muerte llegó demasiado pronto a tocar cerca de su puerta y una manera de
mantener viva a su madre es tratar de conservar el cuerpo que ella y su padre decía
preferir, joven y delgado.
D cree que haberse anulado en su familia de
origen sirvió para mantener la familia unida
y ha intencionado desde ese entonces no ser la causa de conflictos y división.
Teme que si adelgaza y se vuelve atractiva pueda tener que entrar en otra relación que exija de ella
anularse para que él esté bien. Mejor se descarta como opción para no tener que
lidiar con otro ser que necesite.
E, ha hecho mucha
terapia, supervisión y autoanálisis, cree que todo ese esfuerzo le ayudaría a
restaurar un mundo donde ella tuviera reconocimiento y amor. El descubrir que
el esfuerzo no le resultó en un volver definitivo a casa ha intentado algo más
radical volverse una enferma para que la tengan que cuidar. Ella se ha dado
cuenta de esta intención y ha detenido el proceso.
Todas esas chicas encuentran
en su vida la perspectiva de haber sido tratadas como seres sin dignidad
humana. Se han sentido como objetos que deben ser útiles y necesarios, apoyos,
ayudas, nunca problemas. Ellas no han entendido que tiene un valor por ser, han
entendido que el derecho a existir se gana siendo el objeto que de ellas se
espera ser. Cuando fracasan al decepcionar el deseo de otros sobre ellas viven un profundo sin-sentido, un caos
existencial. Quisieran anular su relación con los otros para habitar en un
mundo en relación con otros imaginarios donde puedan recuperar su valor de
objeto útil que les dé sentido y significado.
Es frecuente que quienes viven
una relación problemática con la comida y la imagen corporal tengan relación
con una voz exigente y culpígena. A veces, cuando enfrentamos situaciones que
atentan contra nuestro estar en casa queremos encontrar culpables o culparnos.
Si alguien tiene la culpa, y más, si yo tengo la culpa entonces yo lo provoqué
y si yo lo provoqué puedo remediarlo, puedo evitarlo y esa sensación de tener
culpa restaura un poco la idea de poder y certeza. (Ávila-Pizzuto, Del Carácter a las Posibilidades Orientación
Existencialista, 2012)
En cada una de ellas hay otros
temas y perspectivas. No son tan simples como este papel la pueda mostrar. Hay
un mundo de creatividad, talento, imaginación, inteligencia que es único en
cada una de ellas, hay historias únicas, hay explicaciones diversas a diversas
esferas de su existencia y de ninguna manera puedo verlas en mi relación con
ellas como pacientes con trastorno de alimentación. Las veo y trato de
comunicarles, que las veo como compañeras en un camino de la vida donde ellas
han enfrentado eventos que las confrontan con mundo nuevo, que puede ser
atemorizante y todos, ante esa confrontación, podemos querer asirnos de alguna
certeza. Que las veo ,no como anoréxicas, sino como novias, profesionistas,
estudiantes, amigas, hijas, hermanas, humanas, vidas, artistas, filosofas que
en relación con su incertidumbre han construido maneras de soportar la
tormenta. Me enfurezco
junto con ellas cuando profesionales e ayuda les dan pronósticos fatalistas o
les advierten sobre futuros infelices y vacios, me
conmuevo con sus problemas de amor, con sus crisis con sus empleadores, con sus
padres, ellas son mundos y perdería la riqueza de su mundo si las viera sólo
por su etiqueta. No niego, tienen a veces maneras de pensar que no les son
útiles siempre, pero no mucho más que todos los demás y son maneras de pensar
que se han ido construyendo en relación con las contingencias que emergen en su
ser-en-relación-con-el-mundo.
LA PSICOTERAPIA EXISTENCIAL
La intención más amplia en
trabajo existencial es contribuir a que la clienta deje de identificarse con el
rol de víctima y asuma responsabilidad por su proceso. (Spinelli,
2013)
Esto no significa negarle la responsabilidad a la cultura o a la familia sino
ayudar a que la clienta sepa que es parte activa de esa familia y de esa
cultura. Al entenderse co-responsable deja de ser una víctima inocente y puede
recuperar el poder, no desde la idea fantástica de ser el centro del universo
en el que todo conspira para que sus deseos de inmortalidad y certeza se
cumplan, sino desde saberse capaz de elegir alternativas como pudieran ser,
ampliar su perspectiva del mundo a uno donde sus deseos están limitados por la
libertad que tiene el otro para decidir participar en hacerlos realidad o no y
donde sea posible que las contingencias acontecidas en la relacionalidad vuelvan esos deseos algo que nunca será realidad.
Puede ser que las clientas
mencionadas estén secretamente deseando volverse tan débiles y enfermas que no
le quede otra a sus seres queridos que hacerse cargo de ellas y así, sacrificando su libertad, puedan
“recuperar” su sensación de certeza.
Algo deseable en la terapia es que ellas puedan reconocer que a esa opción está
la alternativa de correrse el riesgo de asumir su libertad con la posibilidad
que se construya una identidad que resulte en que sus familias de origen o aquellos
en los que se apoyan, retiren ese apoyo. Por ejemplo, que en vez de deprimirse
y adelgazar y desnutrirse hasta quedar incapacitada para la vida adulta, la
persona pueda dignificar su deseo de ser ejecutiva exitosa y correrse el riesgo
de que su padre, que la quiere suya, deje de verla como una niña dependiente,
se moleste con ella o empiece a confiar
en ella y deje de sobreprotegerla. Elegir buscar su proyecto de vida la coloca
más en la falta de certeza pero
también más en un lugar de apreciar la existencia como un regalo maravilloso.
Se trata de entender la vida como algo que me pasa y que me pudo no haber
pasado, como algo sorprendente y que por alguna contingencia no he perdido aun,
en vez de ver la vida como un derecho
que tengo y en que padres, maestros, autoridades, amigos, parejas, hijos, etc,
, están obligados a hacérmelo a mi gusto. Buscamos volver el modo ontológico, un modo de vivir despiertos
y en el que nos sintamos permanentemente maravillados de existir y consientes
de nuestra incertidumbre.
-Método:
1) Para lograr esa intención
mencionada antes, el psicoterapeuta
existencialista busca crear una relación donde la clienta pueda experimentarse
plenamente comprendida, para lo cual el psicoterapeuta se manifiesta como
alguien interesado en conocer la perspectiva del otro. El uso de preguntas que
ayuden al psicoterapeuta a tener una imagen del mundo en el que es posible
vomitar, atragantarse, o matarse de hambre como una estrategia aceptable es
básico. Para lograr hacer las preguntas
que ayuden y para crear esa relación el psicoterapeuta debe saber poner sus
juicios y sus intenciones distintas a las de comprender entre paréntesis, en apoche. Así como recomendaba Carl
Rogers (Rogers,
2001 ) ,
es importante que la clienta e sepa comprendida y por eso las preguntas surgen
del tema de la clienta no de los prejuicios del psicoterapeuta.
2) El terapeuta además de
crear ese ambiente de seguridad y ese deseo de comprender, debe buscar superar
la intención del cliente de volver al psicoterapeuta un objeto para ser
utilizado. Freud comprendió que los pacientes trasfieren a sus psicoterapeutas
relaciones como si sus terapeutas y otras figuras de autoridad fueran sus
padres (Yalom, 1980) , por lo que las
clientas quizá buscarán usar al psicoterapeuta como un sustituto de padre, como
un restaurador de la certeza, como un dispensador de apoyo o halagos. El
psicoterapeuta intentará convertir esa transferencia (Relación Yo-Ello), en una relación interpersonal viva (YO-TÚ). Para lograrlo el psicoterapeuta usa
la transparencia, revelando su método de trabajo en vez de manejarlo como algo
oscuro y secreto, rebelando sus
sentimientos surgidos aquí y ahora en la relación y revelando su historia para
poder explicar por qué piensa como piensa o siente como siente. (Yalom, El Don de la Terapia, 2002 )
3) El psicoterapeuta frustrará,
además, el apego de la cliente a que sus deseos tengan que volverse realidades
y para eso el terapeuta tendrá que saber cuidar la relación aun cuando funja
como verdugo. La frustración se puede extender a la intención del cliente a
convencer al terapeuta de que ella carece de opciones y de que no es libre para
elegir una manera distinta de vivir.
4) Este punto es específico a
tener en cuenta en temas de trastornos de alimentación y la imagen. Es frecuente que las clientas vengan
arrastrando creencias impuestas por terapeutas que intentando generar conciencia de enfermedad, las han
presionado a creer que no tienen curación posible y que deben depender
enteramente de su equipo de ayuda o grupos de apoyo, a que siempre deberán
cargar una tabla de equivalencias, que su vida nunca será libre de supervisión
médica y otras ideas que por un lado ellas pueden desear creer, ya que
significarían que tiene derecho a ser cuidadas, protegidas y tratadas como
especiales (una manera en que creen
poder volver a casa), y que por otro
lado atentan contra el deseo de ellas de
poder eventualmente dejar esta muleta atrás y vivir una vida adulta, libre y
gratificante. Sería bueno conversar con ellas sobre la opción que tienen de
dejarse cuidar por quienes la tratan como etiquetas y como incapacitadas o
arriesgarse a vivir una vida que ellas respeten con los riesgos que implicaría
tomar las decisiones por preferencia en vez de por sometimiento a la sugerencia del profesionista de ayuda,
padre, autoridad o pareja.
5) El psicoterapeuta puede
expresar su inquietud o preferencia por la elección que dignifique más a la
cliente, pero comprenderá y mantendrá su apoyo aun cuando ellas elijan el
camino de mantenerse dependiendo. No nos consideramos con el derecho de imponerle
a alguien un camino cuando no vivimos diariamente la vida de la clienta con sus
dificultades. Dice Irvin Yalom que nunca debemos quitar una muleta cuando no
hemos ofrecido y probado una mejor. (Yalom, El Don de la Terapia, 2002 )
CIERRE
Este trabajo busca que el
lector considere los Trastornes de la Conducta Alimentaria como una expresión
de un deseo de recuperar una certeza en la vida. Que entendamos que dicha
certeza es engañosa ya que hay demasiadas fuerzas interactuando sobre la vida
humana como para creer que podemos predecir con corrección el resultado de
nuestras elecciones. Invitamos al lector a que considere su trabajo con estas
clientas, no como un proceso de apoyar enfermos crónicos sin esperanza, sino como
un acompañar un periodo de la vida de un ser humano tan difícil que lo ha
llevado a buscar medidas extremas para lidiar con su caos. Invitamos a llevar
ese acompañamiento sin lástima y sin perder de vista la esperanza de que la
clienta pueda elegir su estilo de vida y proyecto de vida dignamente. Espero
que los puntos antes mencionados les
lleven a tener un trabajo más pleno y significativo como terapeutas.
Psicólogo Carlos Ávila Pizzuto
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#CentroRe
@carlosavilap
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