El Empobrecimiento Existencial de Determinar "Quién Soy"
Carlos Ávila Pizzuto
¿Quién soy o quiénes somos? es una pregunta fundamental de la filosofía existencial. Hacerme esas preguntas es siempre un reto, una aventura, un clavado en las complejidades de mi ser, pero las respuestas son siempre relativas y cambiantes en el tiempo.
A veces, porque en teoría no podemos saber lo que pasa siempre, crecemos en una familia que presiona a que seamos alguien en particular, quizá porque, a veces, esa familia que nos presiona, vive en una comunidad que la presiona a que sus hijos, ellos, o la familia en sí, sea algo en particular; algo definitivo.
Ese alguien, ese algo definitivo debería entonces definirte y definirme y darnos una respuesta clara y absoluta sobre "quién eres o quién soy".
Entonces empiezo a decir: "Soy hombre ( y no lloro) ", "soy bueno"; "soy libre", "soy trabajador", "soy responsable", "soy valiente", "soy comelón", etc. Buscando escribir mi biografía alrededor de esas características.
Entonces ¿Qué pasa con todo lo que no soy? A decir: "mujer (y lloro), malo, esclavo, flojo, irresponsable, cobarde, moderado, etc. ¿Eso queda fuera de lo que soy? ¿Entonces cómo me explico cuando soy femenino (y lloro), cuando hago cosas dañinas, cuando estoy atado a pasiones o deberes, cuando estoy agotado o anhelando no hacer nada, cuando no me atrevo o cuando no como?
¿Entonces dejo de ser yo?
Tengo más preguntas. Y cuando quiero o necesito ser otra persona que no soy la que digo ser ¿Puedo dejar de ser yo?
Creo que esa definición que hacemos de nosotros mismos es una cárcel que nos encierra. Una que limita la vitalidad y la expresión espontánea del cuerpo, una que aleja posibilidades de relaciones sociales distintas y ricas, una que arresta la mente y que asfixia el espíritu.
Hoy es buena idea preguntarme ¿Quién he sido?, ¿qué estoy siendo? y ¿quién necesito ser y quiero ser? Y mañana hacerme esas preguntas de nuevo, porque aunque hoy me haga algo de mí que antes no era, ese algo será mi cárcel del mañana.
"Conócete a ti mismo"; decía el Oraculo de Delfos y sí, debemos conocer lo que han hecho y hemos hecho de nosotros mismos, para dejar de ser esclavos de esa definición y enriquecer nuestra vida dándonos un espacio mayor para que entre más riqueza existencial a nuestra vida.
NOS INVENTAMOS UNA MÁSCARA PARA SER ACEPTADOS POR OTROS O PARA ESCAPAR A NUESTROS PROPIOS JUICIOS Y AHORA ESA MÁSCARA NOS ENGAÑA AL DECIRNOS: "SOY TÚ". QUIZÁ SI PUEDO SER ALGO QUE NO SEA LA MÁSCARA, PODRÉ DEJAR ENTRAR UN YO QUE AÚN NO HE CONOCIDO.
Quizá encontremos que hay más para amar en nosotros que lo que nos aferramos a ser.
Carlos Ávila Pizzuto
¿Quién soy o quiénes somos? es una pregunta fundamental de la filosofía existencial. Hacerme esas preguntas es siempre un reto, una aventura, un clavado en las complejidades de mi ser, pero las respuestas son siempre relativas y cambiantes en el tiempo.
A veces, porque en teoría no podemos saber lo que pasa siempre, crecemos en una familia que presiona a que seamos alguien en particular, quizá porque, a veces, esa familia que nos presiona, vive en una comunidad que la presiona a que sus hijos, ellos, o la familia en sí, sea algo en particular; algo definitivo.
Ese alguien, ese algo definitivo debería entonces definirte y definirme y darnos una respuesta clara y absoluta sobre "quién eres o quién soy".
Entonces empiezo a decir: "Soy hombre ( y no lloro) ", "soy bueno"; "soy libre", "soy trabajador", "soy responsable", "soy valiente", "soy comelón", etc. Buscando escribir mi biografía alrededor de esas características.
Entonces ¿Qué pasa con todo lo que no soy? A decir: "mujer (y lloro), malo, esclavo, flojo, irresponsable, cobarde, moderado, etc. ¿Eso queda fuera de lo que soy? ¿Entonces cómo me explico cuando soy femenino (y lloro), cuando hago cosas dañinas, cuando estoy atado a pasiones o deberes, cuando estoy agotado o anhelando no hacer nada, cuando no me atrevo o cuando no como?
¿Entonces dejo de ser yo?
Tengo más preguntas. Y cuando quiero o necesito ser otra persona que no soy la que digo ser ¿Puedo dejar de ser yo?
Creo que esa definición que hacemos de nosotros mismos es una cárcel que nos encierra. Una que limita la vitalidad y la expresión espontánea del cuerpo, una que aleja posibilidades de relaciones sociales distintas y ricas, una que arresta la mente y que asfixia el espíritu.
Hoy es buena idea preguntarme ¿Quién he sido?, ¿qué estoy siendo? y ¿quién necesito ser y quiero ser? Y mañana hacerme esas preguntas de nuevo, porque aunque hoy me haga algo de mí que antes no era, ese algo será mi cárcel del mañana.
"Conócete a ti mismo"; decía el Oraculo de Delfos y sí, debemos conocer lo que han hecho y hemos hecho de nosotros mismos, para dejar de ser esclavos de esa definición y enriquecer nuestra vida dándonos un espacio mayor para que entre más riqueza existencial a nuestra vida.
NOS INVENTAMOS UNA MÁSCARA PARA SER ACEPTADOS POR OTROS O PARA ESCAPAR A NUESTROS PROPIOS JUICIOS Y AHORA ESA MÁSCARA NOS ENGAÑA AL DECIRNOS: "SOY TÚ". QUIZÁ SI PUEDO SER ALGO QUE NO SEA LA MÁSCARA, PODRÉ DEJAR ENTRAR UN YO QUE AÚN NO HE CONOCIDO.
Quizá encontremos que hay más para amar en nosotros que lo que nos aferramos a ser.
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