CRECIMIENTO PERSONAL: Búsqueda de
bienestar, desprecio por lo que soy, exigencia que abruma o permiso para ser
violento
Carlos Ávila Pizzuto
Esta nota no pretende ahondar exhaustivamente en el tema de “crecimiento
personal”, sólo busca ver este concepto desde distintos puntos de vista, con la
intención de que sirva para comprender que no en todas las personas, “crecer”,
es un beneficio para ellos o para quienes los rodean.
Empiezo con una experiencia mía que me ayuda a motivarme a escribir
esto. Hace unos diez años dejé de fumar y eso le trajo a mi vida un montón
de beneficios, a decir: me liberé del
aroma a humo de mi casa, mi ropa y mi cuerpo; dejé de sufrir por el miedo a que
se acabarán los cigarros antes de tener medios para adquirir más; ahorré
dinero; gané un mayor disfrute en el sabor de la comida; me llené de
felicitaciones y admiración. Eso fue maravilloso. Como otras personas que dejan
una adicción, soñaba muchas veces con que volvía a fumar, esos sueños me
llenaban de angustia y aun minutos después de despierto estaba embargado por
una sensación de fracaso. En aquel entonces yo ya contaba con unas 120 horas de
terapia con miles de horas de cursos tomados y no sentía que hubiera otra
indicación evidente de crecimiento personal que no fuera que había, al fin,
dejado de fumar. Volver al cigarro representaría para mí, reconocer que no
había “crecido” nada. Perder los
beneficios que antes mencioné no era motivo de duelo, lo que si era motivo de
duelo sería el fracaso en mi camino a
“ser una mejor persona”.
Friederich Nietzsche en “Así Habló Zaratustra”, hacía referencia a que estar sometido a la normalidad cultural
es una forma de vivir que a nadie le gustaría vivir por siempre. Invita a vivir
por encima de esa normalidad, nos invitaba a ser “Superhombres”. (Martinez,
2008)
¿Lo que me decía Nietzsche es que no fumara?, ¿dejar de fumar era ser
“Superhombre”?, ¿tenía yo confundido mi sentido de crecimiento?, ¿cuándo dejé de
fumar para “crecer” en realidad me estaba sometiendo a la cultura?, ¿por qué era
tan importante tener evidencia de “crecimiento”?, ¿a quién quería complacer
“creciendo”?
Ocho años después, gracias a una conversación con mi entonces terapeuta,
Horacio Padilla, pude entender que tanto deseo por “crecer” implicaba que yo
creía que como yo estaba, estaba mal, y debía estar de otra forma. Pude
comprender que mi búsqueda de “crecimiento” no era como la planteaba Nietzsche,
yo no me estaba liberando de estorbos para vivir una vida digna de ser vivida
eternamente como “Superhombre”, sino que me estaba queriendo convertir en un
“Ser Superior”…
Rousseau hablaba de que la meta más valiosa de los humanos es la
libertad y que nadie debía interferir con dicha libertad, ni siquiera las
debilidades humanas o el “Ser Inferior” del humano que está atado a adicciones y al egoísmo. El creía que para que una
sociedad estuviera bien, todos tendrían que ver por el bienestar común y no por
el bienestar privado. Si alguien, por ejemplo, no estaba de acuerdo con un
impuesto porque lo afectaba individualmente, estaría preso de su pasión por el
beneficio individual. Un ser humano preso de su pasión individual no es libre (Matravers,
2009) .
Volviendo a mí, si yo tenía que fumar no era libre. Entonces aquí Rousseau
opinaba que aquellos líderes de la Republica, que estaba al frente del gobierno
por ser los más preparados y por tanto los más libres, tendrían que, por el
bien de la libertad, hacer lo que fuera necesario para hacerme libre del
cigarro. Porque yo siendo libre del cigarro, me aproximaría a mi “Ser
Superior”. Y claro, si yo soy “un Ser Superior”, entonces tendría que, por el
bien de la libertad, hacer lo que fuera necesario por “liberar” a los demás
“Seres Inferiores” de sus esclavitudes.
Personas muy preparadas, como Hitler o como Stalin estaba seguros de ser
“Seres Superiores” y por lo tanto, estaban en la obligación de liberar a sus
republicas de la esclavitud de las pasiones inferiores. Pero, más en corto y
siguiendo con mi ejemplo, cuando en las envolturas de cigarros nos ponen esa
fotos horribles, nuestra republica, está haciendo algo por liberarnos de
nuestras pasiones inferiores, porque los “sabios”, “superiores” que nos
gobiernan, “saben” que no nos conviene fumar, pero como nosotros, “los
inferiores” no podemos “saberlo” nos ayudan, al menos, a temerle al cigarro.
¿Cuándo dejé el cigarro, lo hice motivado
por ser superior a los demás? ¿Cuándo tomaba o tomo cursos y talleres de
superación personal o desarrollo humano quiero estar más feliz o “Ser
Superior”?
Muchas personas vienen a consulta
psicológica avergonzadas por no poder superar todas sus pasiones inferiores. Su
lucha por crecer es un infierno de auto-exigencia, es un estar en permanente
desprecio de sí mismos. No están en proceso de lograr vidas plenas y llenas de
gozo y amor, están en proceso de vencerse a sí mismos, de competir contra sí
mismos, en proceso de someterse al deber ser de deber “Ser Superior”. Y yo los
entiendo, recurriendo a mi experiencia con dejar de fumar o a mi experiencia
con vencer mi pasión por la comida o recordando mi experiencia de querer
dominar mi sexualidad o mi egoísmo o cualquier lucha que he tenido en mi vida
por vencer mi inferioridad.
Una pregunta que yo les puedo hacer a esos que vienen con esas
inquietudes es ¿Por qué Dios o la naturaleza te habrían hecho de una forma para
que actúes de otra? Y esa pregunta nos puede llevar a conversaciones que
evidencien las exigencias por “Ser Superior”.
En el mundo del desarrollo humano, de la superación personal, de la
psicoterapia, del “new age” hay un montón de “Seres Superiores” y de “Seres
Inferiores” buscando ser “Seres Superiores”. Recuerdo compañeros de grupos
desacreditando maestros, facilitadores y gurús por no ser perfectos, por no
tener vencidas todas sus pasiones, por enojarse, por fumar, por beber o por
tener vidas sexuales que no son “como deben ser”. Es muy frecuente que las
personas esperen que los psicólogos, psicoterapeutas y médicos sean “Seres
Superiores”. He escuchado comentarios como: “¿Viste como se enojo? ¡Y así se
dice facilitador!”; No ha perdonado a sus padres, le falta crecer mucho como
poder llamarse terapeuta; “¿Cómo puedes ser así si eres psicólogo?”.
Esa búsqueda de sabios inmunes a la vida me habla de la añoranza por una
vida de ángeles libre de toda biología humana. ¡Cuánta exigencia!
Y lo que más me asusta del tema del “Crecimiento Personal”, son las
personas que han estudiado tanto, trabajado tanto, meditado tanto, crecido
tanto que se saben “Seres Superiores”. Aquellos que creen tener una visión
privilegiada del mundo y que se atreven a decir que las pasiones ajenas deben
ser prohibidas o reprimidas. Le temo a
los que “tienen la razón” porque eso los autoriza ante sí mismos para
descalificar, discriminar y exigir cambios en otros. Les temo a los que se
burlan de las creencias de otros, de los valores de otros porque “saben” que
esas creencias y valores son de gente “ignorante” o “inconsciente”.
Espero que podamos algún día escapar al romanticismo del “Ser Crecido”
que debemos ser. Y volver nuestras prácticas de vivir unas que nos acerquen a
legitimar nuestra biología, con su tendencia propia a evolucionar por sí misma, legitimar nuestras diferencias para vivir gratamente en al
amor y en el respeto.
Una reflexión: Si aquellos que hacen un mal lo hacen apelando a una
buena razón, entonces ¿Cuándo yo tengo buenas razones para maltratar,
discriminar, criticar y castigar en que soy diferente a los malos? ¿De verdad
mi percepción del mundo es mejor que la de otros porque he tomado muchos
cursos? Prefiero tomar la sugerencia de un maestro que dijo muchas cosas muy
sabias: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.”
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Trabajos citados
Martinez,
Y. A. (2008). Filosofia Existencialista para Terapeutas y uno que otro
Curioso. México: Ediciones LAG.
Matravers, D. (22 de Julio de 2009). Rousseau and Possitive Freedom. Clase
de Filosofía del Siglo 18 de la Open University . Londres, , Inglaterra:
Open University.
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