(El 1er. Cuento de Solidona: aquí)
2° Cuento de Solidona:LA PASIÓN POR SER Y EL MIEDO A ROMPERSE
Por Carlos Ávila Pizzuto
Solidona volvió a tomar su lugar en la cátedra, entró en su conocido trance y comenzó a contar la segunda historia del origen de todo.
Saludos, les habla Claudio de Solidona.
Las palabras de Solidona pronto se mezclaron con el miedo a dejar de ser de Timpo y Dista y de esa mezcla surgió una intensa búsqueda por sentir lo más posible antes de dejar de ser, pero con cuidado de no llegar a hacer aquello que haya hecho que Ordi se fuera, lo que sea que haya sido. Terrible angustia, ser antes de dejar de ser pero tener cuidado de no hacer, siendo, aquello que nos puede alejar de ser.
Solidona se enternecía al ver la desesperación por ser de sus compañeros pero a diferencia de ellos no vivía prisa ni miedo, su relación con Timpo y Dista era un privilegio y que no entendía porque tuviera que ser eterno. Lo que sentía al estar con ellos la hacía tan plena, tan agradecida con la ida de Ordi, que a veces pasaba eternidades riéndose de placer y llorando de gozo.
En un momento en que Timpo y Dista buscaban, en sus juegos, encontrar formas de ser, Solidona sintió amor y se acerco a ellos, se colocó entre ambos y tomó con un extremo de su Ser a Timpo y con el otro a Dista, las llevó al centro de su Ser y los amo. Ellos sintieron un gran placer al sentir ese acto y se acercaron para amarla a ella.
Por primera vez el amor se empieza a convertir en acto.
Solidona disfrutaba amarlos y mientras se sentía conectaba a sus compañeros en ternura y gozo. Los tres se sentían tan felices de ser, tan gozosos de amarse con al amor de Solidona.
De a poco, Solidona dejó el centro ya que Timpo y Dista, siempre tan unidos, buscaban como conocerse. Timpo entró poderoso en Dista y ambos conocieron sensaciones que no sería posible olvidar.
Solidona vibraba en intenso amor al ver y acompañar con su luz la forma en que estos seres podían encontrarse y darse.
Ese primer encuentro culminó con un estallido de energía, vibración, luz y color que escaparon de los dos amantes y alcanzaron a Solidona que sin haber sido penetrada como Dista pudo sentir esa fuerza y respondió a ella intensificando su luz, y su singular alegría se transformó en éxtasis que compartió con sus dos compañeros.
Instantes después de la explosión los tres se sintieron como nada, era como si no fueran, era como si nunca se hubiera ido Ordi.
Timpo, de pronto se percató de esto y tuvo miedo, se arrancó de Dista y creyó que se estaba desgarrando como Ordi se desgarró. Dista no entendía lo que pasaba y le dolió mucho cuando Timpo se alejó de ella sin decir palabra.
-¿Hicimos algo malo Solidona?
-Nos hicimos en el amor Dista, y eso está muy lejos de lo malo y de lo bueno.
-Entonces ¿Por qué se fue así?
-Timpo tiene miedo, ha descubierto que Ser puede convertirse en algo grandioso y le preocupa apegarse tanto a su Ser cuando sabe que se puede dejar de ser súbitamente como Ordi dejó de ser.
-¿Cómo sabes eso Solidona?
-Todo lo que inquieta el centro de Timpo y todo lo que inquieta tu centro lo experimento en el mío.
Y una vez que Solidona dijo eso, rodeó tiernamente a Dista quien se entregó en cariño y en dolor a la cálida compañía del centro de Solidona hasta que quedó plácidamente relajada. Suelta, cálida y encendida en vibración, Dista daba su energía y Ser al nuevo otro que se había instalado en su centro al hacerse en el amor.
Solidona corrió en búsqueda de Timpo, su miedo y sufrir, ella los sentía y creía que él podría agradecer su compañía en un momento tan doloroso. Al encontrarlo, en medio del espacio, que ya no era nada, Solidona le explicó a Timpo que comprendía su pesar, pero Timpo, no podía comprender, sólo podía lamentar su posible desaparición.
-Pero Timpo, si te escondes en esta esquina del espacio sin entregarte en el amor que Dista y yo nos podemos hacer contigo ¿No es cómo haberte ido a la nada?
Timpo miró a Solidona a los ojos y le habló de esta forma:
-Al menos lo habré elegido yo y no me habrá tomado la nada por sorpresa. No participaré más en acto de amor, me desgarra, ahora sé que esa explosión que vivimos es la nada jalándome, quitándome mi voluntad, socavando mi poder y autonomía. Ordi nos dio la existencia y no lo voy a deshonrar soltándola al vacío.
Solidona sintió en su centro la amargura de Timpo y quiso compartir su cariño acercando un extremo suyo al de él pero Timpo la detuvo y mirándole a los ojos le expresó:
– Solidona, no me toques más, tu calor me hace olvidar a Ordi y eso no puede ser.
Solidona lo dejó y paseo por el espacio sintiendo tristeza por no poder tocar a Timpo, lamentando el sufrir de este, conmocionada por la soledad de Dista y al mismo tiempo llena de curiosidad y esperanza porque ha surgido un Ser nuevo en el vientre de Dista y este ya vibra con vitalidad y energía.
2° Cuento de Solidona:LA PASIÓN POR SER Y EL MIEDO A ROMPERSE
Por Carlos Ávila Pizzuto
Solidona volvió a tomar su lugar en la cátedra, entró en su conocido trance y comenzó a contar la segunda historia del origen de todo.
Saludos, les habla Claudio de Solidona.
Las palabras de Solidona pronto se mezclaron con el miedo a dejar de ser de Timpo y Dista y de esa mezcla surgió una intensa búsqueda por sentir lo más posible antes de dejar de ser, pero con cuidado de no llegar a hacer aquello que haya hecho que Ordi se fuera, lo que sea que haya sido. Terrible angustia, ser antes de dejar de ser pero tener cuidado de no hacer, siendo, aquello que nos puede alejar de ser.
Solidona se enternecía al ver la desesperación por ser de sus compañeros pero a diferencia de ellos no vivía prisa ni miedo, su relación con Timpo y Dista era un privilegio y que no entendía porque tuviera que ser eterno. Lo que sentía al estar con ellos la hacía tan plena, tan agradecida con la ida de Ordi, que a veces pasaba eternidades riéndose de placer y llorando de gozo.
En un momento en que Timpo y Dista buscaban, en sus juegos, encontrar formas de ser, Solidona sintió amor y se acerco a ellos, se colocó entre ambos y tomó con un extremo de su Ser a Timpo y con el otro a Dista, las llevó al centro de su Ser y los amo. Ellos sintieron un gran placer al sentir ese acto y se acercaron para amarla a ella.
Por primera vez el amor se empieza a convertir en acto.
Solidona disfrutaba amarlos y mientras se sentía conectaba a sus compañeros en ternura y gozo. Los tres se sentían tan felices de ser, tan gozosos de amarse con al amor de Solidona.
De a poco, Solidona dejó el centro ya que Timpo y Dista, siempre tan unidos, buscaban como conocerse. Timpo entró poderoso en Dista y ambos conocieron sensaciones que no sería posible olvidar.
Solidona vibraba en intenso amor al ver y acompañar con su luz la forma en que estos seres podían encontrarse y darse.
Ese primer encuentro culminó con un estallido de energía, vibración, luz y color que escaparon de los dos amantes y alcanzaron a Solidona que sin haber sido penetrada como Dista pudo sentir esa fuerza y respondió a ella intensificando su luz, y su singular alegría se transformó en éxtasis que compartió con sus dos compañeros.
Instantes después de la explosión los tres se sintieron como nada, era como si no fueran, era como si nunca se hubiera ido Ordi.
Timpo, de pronto se percató de esto y tuvo miedo, se arrancó de Dista y creyó que se estaba desgarrando como Ordi se desgarró. Dista no entendía lo que pasaba y le dolió mucho cuando Timpo se alejó de ella sin decir palabra.
-¿Hicimos algo malo Solidona?
-Nos hicimos en el amor Dista, y eso está muy lejos de lo malo y de lo bueno.
-Entonces ¿Por qué se fue así?
-Timpo tiene miedo, ha descubierto que Ser puede convertirse en algo grandioso y le preocupa apegarse tanto a su Ser cuando sabe que se puede dejar de ser súbitamente como Ordi dejó de ser.
-¿Cómo sabes eso Solidona?
-Todo lo que inquieta el centro de Timpo y todo lo que inquieta tu centro lo experimento en el mío.
Y una vez que Solidona dijo eso, rodeó tiernamente a Dista quien se entregó en cariño y en dolor a la cálida compañía del centro de Solidona hasta que quedó plácidamente relajada. Suelta, cálida y encendida en vibración, Dista daba su energía y Ser al nuevo otro que se había instalado en su centro al hacerse en el amor.
Solidona corrió en búsqueda de Timpo, su miedo y sufrir, ella los sentía y creía que él podría agradecer su compañía en un momento tan doloroso. Al encontrarlo, en medio del espacio, que ya no era nada, Solidona le explicó a Timpo que comprendía su pesar, pero Timpo, no podía comprender, sólo podía lamentar su posible desaparición.
-Pero Timpo, si te escondes en esta esquina del espacio sin entregarte en el amor que Dista y yo nos podemos hacer contigo ¿No es cómo haberte ido a la nada?
Timpo miró a Solidona a los ojos y le habló de esta forma:
-Al menos lo habré elegido yo y no me habrá tomado la nada por sorpresa. No participaré más en acto de amor, me desgarra, ahora sé que esa explosión que vivimos es la nada jalándome, quitándome mi voluntad, socavando mi poder y autonomía. Ordi nos dio la existencia y no lo voy a deshonrar soltándola al vacío.
Solidona sintió en su centro la amargura de Timpo y quiso compartir su cariño acercando un extremo suyo al de él pero Timpo la detuvo y mirándole a los ojos le expresó:
– Solidona, no me toques más, tu calor me hace olvidar a Ordi y eso no puede ser.
Solidona lo dejó y paseo por el espacio sintiendo tristeza por no poder tocar a Timpo, lamentando el sufrir de este, conmocionada por la soledad de Dista y al mismo tiempo llena de curiosidad y esperanza porque ha surgido un Ser nuevo en el vientre de Dista y este ya vibra con vitalidad y energía.
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