El Niño Embrujado
Por
CARLOS ÁVILA PIZZUTO
En un lugar muy lejano nació un niño que lo podía hacer todo y así lo hizo por algunos años. Viajó, nadó, voló, corrió, saltó, compró, vendió, amó, cantó, bailó, conoció, vivió. Era muy feliz. Su hada madrina y su padre siempre lo cuidaron y le protegieron en sus aventuras.
Pero en un trágico día de invierno se embarcó en una más de sus aventuras y esta no salió igual de bien. Su nombre era Giacomo y ese día quiso conocer que escondía un enorme cueva a la que entraban muchos niños.
Giacomo estaba tan emocionado que no notó que una fuerza poderosa impedía a su hada madrina entrar con él y lo que encontró adentro lo llenó de sorpresa. No le asustó, nada le asustaba, pero en verdad era sorprendente. Muchos niños se formaban en orden de altura y usaban la misma ropa caminaban en silencio y sin brillo en la mirada.
Entonces apareció una bruja muy fea, llevaba una cruz sangrante colgando de su cuello, su piel era amarilla y arrugada, su boca entreabierta escurría baba verde. Ella llevó a Giacomo a un recoveco de la cueva con otros de los más pequeños "¿Qué aventura me deparará?", se preguntaba nuestro héroe.
La bruja los miró a todos y dijo a gritos: "¡tendrán que superar tres pruebas!" y en ese momento Giacomo, se levantó de donde esperaba sentado y corrió hasta el otro lado de un arco iris y con su ingenio logró robar una olla de oro propiedad de un duende; llevando la olla consigo camino sobre la mesa del banquete sin comer nada ya que sabía que comer de esa mesa era un trampa y con la olla de oro compró unas alas mágicas; por último llevó sus alas mágicas al borde del precipicio yo saltó lleno de fe y volando escapó del peligroso dragón. "¡Lo hice!", pensó Giacomo y volvió al recoveco de la cueva donde estaban todos los niños sentados poniendo cruces en un pergamino.
-"¡Terminé las tres pruebas!" - Gritó con gusto.
La malvado bruja sonrió y le dijo que se fuera.
Al salir Giacomo se volvió a encontrar con su hada madrina y su padre que lo acompañaron contentos de escuchar que había superado grandes pruebas. Pero algo no estaba bien...
Días más tarde el padre de Giacomo estaba triste y lo tomó de su mano y sin explicarle lo llevó de nuevo al interior de la cueva y se sentaron ambos frente a la malvada bruja, Giacomo no tenía miedo, su padre lo acompañaba, pero algo ocurrió, la bruja empezó a señalar a Giacomo con su dedo y le dijo: "¡No pudiste!". Giacomo volteó a ver a su padre y él repitió: "¡No pudiste!". El padre de Giacomo nunca hubiera podido decir algo así, así que lo supo, su padre estaba siendo controlado por un malvado extraterrestre. El extraterrestre lanzó un poderoso rayo contra Giacomo, al mismo tiempo que la bruja lanzaba un hechizo y el niño que siempre puede quedó atrapado en una cárcel dentro de la mente de Giacomo, "el que no puede".
Así Giacomo "el que no puede", volvió a su casa donde estaba esperándolo su madrastra que le dio un uniforme y una guía escrita para no poder.
Muchos años pasaron, el hada madrina y el padre de Giacomo no estaban, solo una madrastra y un extraterrestre que le recordaban que no podía, una bruja mala con una cruz ensangrentada que renovaba el hechizo y muchos niños, luego adolescentes y luego jóvenes hechizados también, moviéndose, pensando y sintiendo lo que les dicen que deben hacer, pensar o sentir.
Pero "el niño que puede todo", no estaba muerto estaba encerrado en su cárcel ¿recuerdan? y ese niño nunca dejó de gritar y a veces, Giacomo lo oía y trataba de poder, pero el hechizo lo detenía. Era una lucha que a veces escapa de su mente y se expresaba en voz alta: "pero bruja mala, extraterrestre y madrastra: ¿Y si estos libros se equivocan?, ¿y si sí se pudiera?, ¿y si se usara otro tipo de hechizos?, ¿y si los niños y las niñas tuvieran los mismos derechos?, ¿y si ese dios no existe?, ¿y si la gente no fuera a votar?, ¿y si lo que pasa en la películas no fuera cierto?. etc." y entonces los "guardianes del no poder" lo hechizaban más y más.
A muchos kilómetros de distancia en la punta de una torre, estaban encerrados en una celda mágica: el verdadero padre de Giacomo y su hada madrina... Llevan años planeando su escape, temen que "el niño que puede todo" muera encerrado en la mente hechizada de Giacomo. Una mañana una magia especial les hizo saber que su amado niño poderoso estaba a punto de morir. Giacomo, impulsado por lo que queda de su niño que puede, había hecho una pregunta dificil frente a su grupo y varios habían reaccionado inquietos ante ella. Preguntó:"¿Por qué debemos agradecer una vida que a nadie le gusta vivir?"
La bruja preparó el hechizo más fuerte para aniquilar para siempre a Giacomo y sus preguntas molestas y mientras lo lanzaba, el padre de Giacomo y su hada madrina se fusionaron en un milagro de amor y de sus almas estalló un "Big Bang" cuya fuerza detuvo el rayo de maldad de la bruja. La bruja se puso como loca cuando vio que su hechizo falló y todos en la cueva empezaron a reírse de ella y entre la risa de cada una se colaba la voz de un niño que siempre puede y que nota que su prisión se debilita cuando hay risas.
La risa y la vida del grupo hizo que naciera un niño que siempre puede comunitario. "¡Juntos podemos!", gritaban todos y salieron corriendo de la cueva, lucharon contra extraterrestres y madrastras imaginarias y al estar afuera vieron los rastros del "Big Bang" de amor estaba en el viento y todos los niños fueron corriendo a la torre donde estaban presos sus padres y sus hadas madrinas. Ninguna magia los detenía y juntos derribaron la torre.
Giacomo y sus amigos habían derrumbado el imperio de la bruja y liberado la magia del amor, pero la bruja no ha muerto, sigue esperando que los hombres de dividan para irlos hechizando uno a uno.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
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CARLOS ÁVILA PIZZUTO
En un lugar muy lejano nació un niño que lo podía hacer todo y así lo hizo por algunos años. Viajó, nadó, voló, corrió, saltó, compró, vendió, amó, cantó, bailó, conoció, vivió. Era muy feliz. Su hada madrina y su padre siempre lo cuidaron y le protegieron en sus aventuras.
Pero en un trágico día de invierno se embarcó en una más de sus aventuras y esta no salió igual de bien. Su nombre era Giacomo y ese día quiso conocer que escondía un enorme cueva a la que entraban muchos niños.
Giacomo estaba tan emocionado que no notó que una fuerza poderosa impedía a su hada madrina entrar con él y lo que encontró adentro lo llenó de sorpresa. No le asustó, nada le asustaba, pero en verdad era sorprendente. Muchos niños se formaban en orden de altura y usaban la misma ropa caminaban en silencio y sin brillo en la mirada.
Entonces apareció una bruja muy fea, llevaba una cruz sangrante colgando de su cuello, su piel era amarilla y arrugada, su boca entreabierta escurría baba verde. Ella llevó a Giacomo a un recoveco de la cueva con otros de los más pequeños "¿Qué aventura me deparará?", se preguntaba nuestro héroe.
La bruja los miró a todos y dijo a gritos: "¡tendrán que superar tres pruebas!" y en ese momento Giacomo, se levantó de donde esperaba sentado y corrió hasta el otro lado de un arco iris y con su ingenio logró robar una olla de oro propiedad de un duende; llevando la olla consigo camino sobre la mesa del banquete sin comer nada ya que sabía que comer de esa mesa era un trampa y con la olla de oro compró unas alas mágicas; por último llevó sus alas mágicas al borde del precipicio yo saltó lleno de fe y volando escapó del peligroso dragón. "¡Lo hice!", pensó Giacomo y volvió al recoveco de la cueva donde estaban todos los niños sentados poniendo cruces en un pergamino.
-"¡Terminé las tres pruebas!" - Gritó con gusto.
La malvado bruja sonrió y le dijo que se fuera.
Al salir Giacomo se volvió a encontrar con su hada madrina y su padre que lo acompañaron contentos de escuchar que había superado grandes pruebas. Pero algo no estaba bien...
Días más tarde el padre de Giacomo estaba triste y lo tomó de su mano y sin explicarle lo llevó de nuevo al interior de la cueva y se sentaron ambos frente a la malvada bruja, Giacomo no tenía miedo, su padre lo acompañaba, pero algo ocurrió, la bruja empezó a señalar a Giacomo con su dedo y le dijo: "¡No pudiste!". Giacomo volteó a ver a su padre y él repitió: "¡No pudiste!". El padre de Giacomo nunca hubiera podido decir algo así, así que lo supo, su padre estaba siendo controlado por un malvado extraterrestre. El extraterrestre lanzó un poderoso rayo contra Giacomo, al mismo tiempo que la bruja lanzaba un hechizo y el niño que siempre puede quedó atrapado en una cárcel dentro de la mente de Giacomo, "el que no puede".
Así Giacomo "el que no puede", volvió a su casa donde estaba esperándolo su madrastra que le dio un uniforme y una guía escrita para no poder.
Muchos años pasaron, el hada madrina y el padre de Giacomo no estaban, solo una madrastra y un extraterrestre que le recordaban que no podía, una bruja mala con una cruz ensangrentada que renovaba el hechizo y muchos niños, luego adolescentes y luego jóvenes hechizados también, moviéndose, pensando y sintiendo lo que les dicen que deben hacer, pensar o sentir.
Pero "el niño que puede todo", no estaba muerto estaba encerrado en su cárcel ¿recuerdan? y ese niño nunca dejó de gritar y a veces, Giacomo lo oía y trataba de poder, pero el hechizo lo detenía. Era una lucha que a veces escapa de su mente y se expresaba en voz alta: "pero bruja mala, extraterrestre y madrastra: ¿Y si estos libros se equivocan?, ¿y si sí se pudiera?, ¿y si se usara otro tipo de hechizos?, ¿y si los niños y las niñas tuvieran los mismos derechos?, ¿y si ese dios no existe?, ¿y si la gente no fuera a votar?, ¿y si lo que pasa en la películas no fuera cierto?. etc." y entonces los "guardianes del no poder" lo hechizaban más y más.
A muchos kilómetros de distancia en la punta de una torre, estaban encerrados en una celda mágica: el verdadero padre de Giacomo y su hada madrina... Llevan años planeando su escape, temen que "el niño que puede todo" muera encerrado en la mente hechizada de Giacomo. Una mañana una magia especial les hizo saber que su amado niño poderoso estaba a punto de morir. Giacomo, impulsado por lo que queda de su niño que puede, había hecho una pregunta dificil frente a su grupo y varios habían reaccionado inquietos ante ella. Preguntó:"¿Por qué debemos agradecer una vida que a nadie le gusta vivir?"
La bruja preparó el hechizo más fuerte para aniquilar para siempre a Giacomo y sus preguntas molestas y mientras lo lanzaba, el padre de Giacomo y su hada madrina se fusionaron en un milagro de amor y de sus almas estalló un "Big Bang" cuya fuerza detuvo el rayo de maldad de la bruja. La bruja se puso como loca cuando vio que su hechizo falló y todos en la cueva empezaron a reírse de ella y entre la risa de cada una se colaba la voz de un niño que siempre puede y que nota que su prisión se debilita cuando hay risas.
La risa y la vida del grupo hizo que naciera un niño que siempre puede comunitario. "¡Juntos podemos!", gritaban todos y salieron corriendo de la cueva, lucharon contra extraterrestres y madrastras imaginarias y al estar afuera vieron los rastros del "Big Bang" de amor estaba en el viento y todos los niños fueron corriendo a la torre donde estaban presos sus padres y sus hadas madrinas. Ninguna magia los detenía y juntos derribaron la torre.
Giacomo y sus amigos habían derrumbado el imperio de la bruja y liberado la magia del amor, pero la bruja no ha muerto, sigue esperando que los hombres de dividan para irlos hechizando uno a uno.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
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