¿Tengo derecho a ocupar un espacio?
A veces me sentía, y digo me sentía porque ahora es otro tiempo, como un inquilino del universo que debía pagar la renta de existir sin saber el precio.
¿Te imaginas el problema de no saber el precio? Yo terminaba, y digo terminaba porque ahora es otra vida, pagando todo y creyendo que no era suficiente.
Idea loca de una cultura que cobra por todo, exige por todo y demanda de todo.
-¡Hay suficiente aire para tí! -Asegura la voz.
¡Nadie vende el aire, no es de nadie!
¡Puff! Revelación. Nadie es dueño del universo ¿A quién le pagaba? Y digo pagaba porque este es otro yo.
A Dios podrías decir, Él da la vida, tendrá derecho a cobrarla, pensarás. ¿Será Dios un capitalista?, ¿cobrará intereses?, ¿estará Dios pobreton y necesita inversiones? ¡Idea loca! Idea nacida de madres y padres incompletos que esperan en vez de dar, de madres y padres heridas en proceso de sanar
Antes no sonaba loca, antes, cuando no entendía el amor, no creía en la gratuidad. Cada acción mía era un abono a una deuda inexistente.
Cada espacio ocupado dentro y fuera era una invasión en una propiedad privada que no era de nadie. Y digo era, porque ya no hay falsos caseros de espacios de nadie.
-¡Ocupa el espacio! ¡De adentro y de afuera! Cada paso que das se vuelve tú para dejar de serlo.- Dice la voz.
¡Soy el espacio! ¡No es mío, no es tuyo, no es nuestro! ¡Es yo, es tú, es nosotros! Para, luego dejar de serlo. Instantes seguidos de más instantes. Formas que son para dejar su lugar al espacio, que deja su lugar a las formas que nacen y renacen.
Espacios que son oportunidades, espacios gratuitos a los que ahora sé, yo regalo mi forma mientras la tenga.
Soy hijo de padre nuevos, soy hijo de amor y deseo, estoy invitado a la vida hasta que termine.
Carlos Ávila Pizzuto
#Renacimiento
A veces me sentía, y digo me sentía porque ahora es otro tiempo, como un inquilino del universo que debía pagar la renta de existir sin saber el precio.
¿Te imaginas el problema de no saber el precio? Yo terminaba, y digo terminaba porque ahora es otra vida, pagando todo y creyendo que no era suficiente.
Idea loca de una cultura que cobra por todo, exige por todo y demanda de todo.
-¡Hay suficiente aire para tí! -Asegura la voz.
¡Nadie vende el aire, no es de nadie!
¡Puff! Revelación. Nadie es dueño del universo ¿A quién le pagaba? Y digo pagaba porque este es otro yo.
A Dios podrías decir, Él da la vida, tendrá derecho a cobrarla, pensarás. ¿Será Dios un capitalista?, ¿cobrará intereses?, ¿estará Dios pobreton y necesita inversiones? ¡Idea loca! Idea nacida de madres y padres incompletos que esperan en vez de dar, de madres y padres heridas en proceso de sanar
Antes no sonaba loca, antes, cuando no entendía el amor, no creía en la gratuidad. Cada acción mía era un abono a una deuda inexistente.
Cada espacio ocupado dentro y fuera era una invasión en una propiedad privada que no era de nadie. Y digo era, porque ya no hay falsos caseros de espacios de nadie.
-¡Ocupa el espacio! ¡De adentro y de afuera! Cada paso que das se vuelve tú para dejar de serlo.- Dice la voz.
¡Soy el espacio! ¡No es mío, no es tuyo, no es nuestro! ¡Es yo, es tú, es nosotros! Para, luego dejar de serlo. Instantes seguidos de más instantes. Formas que son para dejar su lugar al espacio, que deja su lugar a las formas que nacen y renacen.
Espacios que son oportunidades, espacios gratuitos a los que ahora sé, yo regalo mi forma mientras la tenga.
Soy hijo de padre nuevos, soy hijo de amor y deseo, estoy invitado a la vida hasta que termine.
Carlos Ávila Pizzuto
#Renacimiento
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