PENSANDO EN “EL BULLYING”
En las voces de la cultura de la psicología hay temas que entran fuerte de
moda. Uno que ahora es muy interesante es el tema del “Abuso Escolar” o “Bullying”.
Y bueno, donde los psiquiatras y psicólogos ponen el ojo, se inicia el riesgo
de que pongan la etiqueta de enfermedad mental y eso aleja la posibilidad de
que sea un problema entendido como de falta de competencia social.
Ya leí comentarios sobre los mecanismos de defensa implicados en el
hacer del “Bullying” y ya he escuchado comentarios sobre que los que son víctimas
del “Bullying” suelen ser chicos con enfermedades mentales como las muchas
variables del trastorno de atención o de trastornos de personalidad
esquizoides.
Yo sostengo que el que ejerce abuso entre sus compañeros de escuela está
buscando hacerse cargo de sus necesidades de una manera que resulta
contraproducente. Toda convivencia entre humanos generará conflicto y si no hay
quien enseñe a los estudiantes a resolver sus conflictos con el lenguaje
procurarán resolverlo con los recursos que encuentren a la mano.
Las victimas del abuso, por su parte, necesitan comprender que el abuso
no es ni su culpa, ni ellos lo provocan. Muchas personas manifiestan culpa y
vergüenza por haber sido maltratados pos sus compañeros de clase.
Tanto el abusador como el abusado se pueden beneficiar de un programa
que favorezca las competencia de lenguaje, la mediación y /o círculos de
conversación y reflexión.
Si el abusador busca sentir el poder y seguridad que no encuentra en
otras relaciones o hacerse cargo de su propia vergüenza social fastidiando a
otros, pueden lograr lo mismo y a menos costo si puede aprender a usar
destrezas sociales como comprender y hacerse comprender. Y la víctima podrá
conocer los motivos del que ha ejercido abuso y así entender que estos están
originados en el otro y que la víctima nunca es causa de la violencia de otros.
Hay quienes logran que los alumnos de preescolar hagan sus propias
mediaciones usando recursos como la Comunicación No Violenta u otros protocolos
como los de las prácticas restaurativas.
Declarar a los violentos o a las víctimas de la violencia enfermos
mentales no resuelve nada, ayudar a que todos aprendamos a construir nuestras
relaciones de manera efectiva, nos ayuda a todos.
CARLOS ÁVILA PIZZUTO
Facebook.com/CentroRe
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